Bodegas Paniza ha dado un "giro radical" a su negocio en los últimos años, a pesar de la crisis económica y del lastre que arrastraba: solo dos únicos grandes clientes, uno en el mercado nacional y otro en Alemania. Pero la clave de su renacimiento ha sido la "diversificación" y la "flexibilidad", ya que ha adaptado sus vinos a los mercados a los que ahora exporta. Tanto es así, que la docena de referencias de producto que tenía en el 2007 se ha multiplicado de forma exponencial hasta contabilizar entre 350 y 400. Eso sí, dijo adiós al vino a granel. Y este traje a medida permitió que Bodegas Paniza cuente con 158 clientes relevantes en más de 30 países. Hoy, el 96% de su producción se vende fuera de España.

La reconversión de esta bodega, que cuenta con 400 socios y 40 empleados y que produce 15 millones de kilos de uva de muy diversas variedades, se gestó en el 2007 tras poner en marcha un plan de inversiones que se inició con la renovación de las naves de elaboración (4 millones de euros). A ello se sumaron otros 3 millones de inyección económica en los últimos años.

Pero también tuvo que afrontar un salto cualitativo, a través de un "cambio de mentalidad, la renovación del personal, una mayor profesionalización y la búsqueda de más calidad en los vinos", apuntó su gerente, José María Andrés, que ayer detalló a los medios de comunicación este proceso estratégico que culmina este año con la ampliación de las oficinas principales y la construcción de un nuevo almacén. "Nuestros vinos no gustaban y el mercado demandaba caldos más afrutados, fáciles de beber y con una estética moderna", señaló Andrés.

Sexenio en crecimiento

Atrás quedaron los años en los que un único cliente en Alemania copaba el 80% de la producción de estas bodegas. Entonces, Bodegas Paniza vendía 6,3 millones de botellas al año, pero hoy comercializa 13,5 millones. Unas cifras que han quedado reflejadas en la facturación, que ha pasado de 7 a 16,1 millones, con un crecimiento del 35% en el 2013. La introducción del tapón de rosca y de nuevas marcas como Jabalí, Artigazo y Viñas Viejas han contribuido al impulso de la bodega. Además, cada año salen al mercado dos novedades. "En Paniza se generó mucho dinero pero no se gestionaba bien", recuerda Andrés, que subraya que ahora a los socios se les paga en función de la calidad de la uva, lo que ha revertido en el producto final.

Hoy, los dos nichos de mercado en los que Bodegas Paniza quiere focalizar las ventas son China y Estados Unidos. Dos países en los que ha abierto ya delegaciones. "Tienen un gran potencial y unos márgenes comerciales significativamente mejores", subrayó Andrés.

Sobre el futuro, el gerente de estas bodegas ve necesario seguir invirtiendo en nuevas tecnologías para la elaboración de los vinos. Ahora es el desarrollo comercial el que guía las apuestas de esta cooperativa, perteneciente a la Denominación de Origen Cariñena.