El Deutsche Bank sigue en el ojo del huracán. El gobierno dirigido por Angela Merkel estaría estudiando un plan de rescate para mantener a flote el gigante bancario alemán en caso de que no pueda hacer frente a la multa de 14.000 millones que solicita la justicia estadounidense. «Los funcionarios de alto rango en Berlín, Bruselas y Fráncfort están trabajando actualmente en un plan» que debería «entrar en vigor si necesita capital adicional para resolver conflictos legales y si no encuentra recursos en el mercado», afirmó el diario Die Zeit, sin citar sus fuentes.

En el peor de los casos, Berlín se plantea incluso comprar hasta el 25% de la participación directa del banco, una cifra a precio de mercado que se eleva hasta los 3.800 millones de euros. A pesar de que su presidente, John Cryan, intentó calmar a los accionistas asegurando que no necesitaban ayuda para salir adelante, el borrador al que ha tuvo acceso Die Zeit habla de la posibilidad de que el Gobierno alemán interceda para ampliar el capital vendiendo activos a otras entidades.

Con este sello de garantía estatal se prevé que los mercados reaccionen con más confianza en el DB. Visiblemente nervioso, el ministerio de Finanzas alemán tachó la información de «falsa».

Tras vivir un lunes negro en el que se desplomó el 7,5% hasta sus peores cifras en 24 años, el gigante de inversión germánico se recuperó ligeramente ayer en el parqué de Fráncfort. Su mejora del 2% ha situado el valor de sus acciones en los 10,82 euros. Parte de esa recuperación se debió a la venta ayer de su filial británica de seguros Abbey Life a la compañía Phoenix Life Holdings por 1.085 millones, una operación que les da un poco más de margen de capital. Aun así, el DB ha perdido el 53,74% en un año.

Berlín aún confía en que su mayor joya bancaria no necesite la intervención pública. «La situación es mejor de lo que se percibe», reiteró ayer Cryan. H