España sigue teniendo un problema y se llama riesgo de pobreza y exclusión social. Según los últimos indicadores publicados por la oficina europea de estadística (Eurostat), con motivo del Día Internacional de Erradicación de la Pobreza que se celebra hoy, la tasa se disparó entre el 2008 y el 2016 más de cuatro puntos, lo que sitúa a España en el séptimo país de la Unión Europea con mayor riesgo solo superado por Bulgaria, Rumanía, Grecia, Lituania, Croacia y Letonia.

Concretamente, y aunque supuestamente lo peor de la crisis económica ya ha pasado, el 27,9% de la población española, 12,8 millones de personas, estaban en el año 2016 en riesgo de pobreza o de exclusión social (frente a los 10,7 millones en el año 2008). Esto significa, según los parámetros que maneja Eurostat, que o bien vivían en hogares con una renta disponible inferior al 60% de los ingresos nacionales medios -después de impuestos- o bien en hogares con una baja intensidad de empleo -donde aquellos en edad de trabajar lo hacen menos del 20% de su potencial en el último año- o simplemente sin acceso a cuatro de los nueve elementos que definen la privación severa.

SIN CALEFACCIÓN

Es decir, no poder pagar el alquiler o facturas como la del agua, no disponer de una calefacción adecuada, no poder hacer frente a gastos inesperados, no poder comer carne, pescado o proteínas equivalentes cada dos días, no poder disfrutar de una semana de vacaciones fuera de casa al año, no permitirse un vehículo, o no contar con una lavadora, un televisor o un teléfono.

La nueva radiografía muestra que España fue el tercer país donde más ha empeorado la situación, con un aumento del 4,1%, solo superado por Chipre (4,4 puntos) y Grecia (7,5), que también han registrado un empeoramiento notable. Se trata de tres de los países donde se concentran parte de los 117,5 millones de europeos que, según Bruselas, cumple al menos uno de los criterios para ser considerados personas en riesgo. Una situación que afecta al 23,4% de la población de toda la Unión Europea. El dato refleja una ligera mejoría de tres décimas respecto al año base del 2008.

CHEQUIA, EN CABEZA

A la cola de Europa, entre los países con una mayor proporción de población en riesgo se encuentran Bulgaria (40,4%), Rumanía (38,8%), Grecia (35,6%) y Letonia (28,5%). A la cabeza, con menores ratios, Chequia (13,3%), Finlandia (16,6%), Dinamarca (16,7%), Holanda (16,8%), Eslovaquia (18,1%) y Francia (18,2%). La situación, no obstante, varía en función de los criterios. Una de cada seis personas en riesgo de pobreza en la UE lo están debido a los bajos ingresos disponibles descontadas las transferencias sociales (17,2%), Uno de cada 13 sufre privaciones severas (7,5%) mientras que uno de cada 10 vive en hogares con baja intensidad de trabajo (10,4%).

En el caso español, el 22,3% de las personas que viven en riesgo de pobreza se debe precisamente a los bajos ingresos de los hogares (19,8% en 2008). Solo dos países, Rumanía (25,3%) y Bulgaria (22,9%) cuentan con peores registros muy lejos del 9,7% de la República checa, el 11,6% de Finlandia, el 11,9% de Dinamarca, el 12,7% de Eslovaquia o el 12,8% de Holanda.

España es también el tercer país de la Unión Europea donde más personas vivían en el 2016 en hogares con baja intensidad laboral, el 14,9% (6,6% en 2008), solo por detrás de Irlanda (19,2% en 2015) y Grecia (17,2%), y lejos de Estonia (5,8%), Polonia (6,4%) y Eslovaquia (6,5%). En cuanto a privaciones severas, el 5,8% de los españoles las padecen (3,6% en el 2008), lejos del 31,9% de Bulgaria, 23,8% de Rumanía y 22,4 de Grecia.