La agencia de calificación crediticia Standard & Poor's (S&P) ha mejorado este viernes en un escalón el rating de la deuda soberana de España, desde BBB a BBB+ con perspectiva 'estable', debido al impacto positivo de las reformas en la economía, según informa en un comunicado.

La mejora de la calificación equivale a pasar de un aprobado a unaprobado alto, y se produce a pesar de que las previones de crecimiento, empleo y déficit formuladas por la agencia son peores que las del Gobierno.

En su comunicado, S&P, destaca que la economía del país se ha beneficiado de dos reformas del mercado laboral desde 2010 que han mejorado la competitividad de las exportaciones y del sector servicios, así como de unas mejores condiciones financieras.

La agencia prevé un crecimiento nominal del PIB español de alrededor del 4% en los próximos años, lo que debería apoyar la posición fiscal y el balance del Gobierno, asumiendo que continúa la recuperación del mercado laboral y que los riesgos de deflación "permanecen bajo control".

MÁS CRECIMIENTO, MÁS DÉFICIT

La agencia mejoró el pasado miércoles en dos décimas su previsión de crecimiento real para España en 2015, desde el 3% que esperaba en julio hasta el 3,2%, y en una décima la de 2016, hasta el 2,7%. Para 2017, Standard & Poor's fijó una previsión del 2,4% y para el 2018, del 2,5%.

Las previsiones de déficit son más elevadas que las formuladas por el Gobierno. Para el 2015 y siguientes se prevén déficits del 4,5%, del 3,5%, del 3% y del 2,7% en el 2018.Frente a esto las presvisiones del Gobierno son del 4,2% para el 2015 y del 2,8%, el 1,4% y el 0,3% para los tres ejercicios siguientes.

Según S&P la tasa de paro se situará en el 22,4% de la población activa en el 2015 e irá bajando hasta situarse en el 17% en el 2018. Las previsiones del Gobierno para este periodo van del 22% al 15,5%)

ENTORNO POLÍTICO

La agencia advierte de que la posibilidad de un entorno político fragmentado tras las elecciones generales de diciembre podría llevar a desviaciones en la política fiscal y de reformas estructurales, lo que podría poner en peligro los objetivos de crecimiento y déficit de España en el medio plazo.

Respecto a Cataluña, cree que seguirá formando parte de España y que las tensiones entre el Gobierno central y las autoridades regionales se disiparán de forma gradual. Pese a ello, advierte de que si Cataluña se independiza, las métricas crediticias de España, incluido su PIB per capita, las cuentas externas y las finanzas públicas, se debilitarían, así como a su solvencia.