La palabra paciencia deriva de un vocablo latino que provenía del verbo sufrir. De hecho, tiene connotaciones positivas ("Capacidad de padecer o soportar algo sin alterarse") y negativas ("Tolerancia o consentimiento en mengua del honor"), según se utilice. Y hasta dio nombre a una santa, la madre del último emperador bizantino, de quien se afirmó que "cuando alguien valiente se encontraba con ella, este se sentía derrotado, asombrado por su paciencia, su sabiduría y fortaleza de carácter".

¡Santa Paciencia! Una exhortación en desuso. Pero adecuada para sobrevivir en el mercado en semanas de extrema volatilidad, como esta. Un punto de inflexión en los últimos días fue, precisamente, el hecho de que la Reserva Federal anunciase su intención de mantenerse "paciente" antes de subir los tipos de interés. No se espera el movimiento hasta mediados del 2015.

Otro elemento clave ha sido el plan de compra de deuda pública que prepara el BCE, máxime cuando --según Reuters-- ha diseñado un sistema para vencer las resistencias alemanas: obligar a los bancos centrales de los países en situación más comprometida a dotar unas provisiones para cubrir riesgos de impago.

Los bancos centrales del euro y el dólar, así, lograron reconducir el temor vendedor provocado por la crisis rusa, el desplome del petróleo y la inestabilidad griega. El Ibex 35 se ha apuntado un alza semanal del 2,15%, pese a caer ayer el 0,27%, a los 10.363,6 puntos.