El Santander ha empezado con fuerza el año. El banco ganó 1.867 millones entre enero y marzo, el 14,3% más que en el primer trimestre del 2016 y por encima de los 1.722 millones (5% más) que esperaba el mercado, que pese a ello solo le ha premiado con un alza del 0,17% en bolsa. La mejora del negocio gracias a la recuperación económica y a un tipo de cambio más favorable en varios países donde opera explican el alza del beneficio, que sin este último efecto hubiera mejorado el 10%.

Su filial de Brasil, el país que más ganancias le aporta y que ha salido de la recesión, ganó el 77% más, hasta los 634 millones, aunque parte se debe al efecto de las divisas (sin ello, sería el 38% más). En el Reino Unido, en cambio, obtuvo 416 millones, el 8% menos, por la bajada de la libra (sin ello, el 3% más).

Pero se vio compensado por la buena evolución de España (356 millones, un 20% más) y la unidad de crédito al consumo (314 millones, 25% más), además de la del resto de sus mercados principales salvo Polonia.

La expectativa de que los tipos de interés no bajen más también ha beneficiado al banco. El consejero delegado, José Antonio Álvarez, aseguró ayer que los ingresos (747 millones, el 8,9% menos) y el crédito (1,2% menos) en España han tocado suelo y seguirán «planos» el resto del año. El euríbor, explicó, se ha estabilizado en torno al -0,1%, va a comenzar a subir (con lo que las cuotas hipotecarias se encarecerán) y a finales de año o principios del próximo se colocará en positivo.

Paralelamente, las provisiones para asumir pérdidas, cuya bajada explica parte de la mejora, van a caer «un poco más» y la cuenta 1|2|3 sigue ganando clientes (127.000 en el trimestre, hasta superar los 2,1 millones) pese a subir sus comisiones en febrero.

Álvarez volvió a dar muestra del escaso interés del Santanter, único gran banco español que no ha hecho compras durante la crisis en el país, por absorber a competidores, pese a los rumores de su interés por el Popular o Unicaja. «No tenemos un problema de escala en España. El volumen no es un objetivo en sí mismo», sentenció. En época de Botín, el banco tenía como objetivo ser uno de los tres mayores en sus diez mercados principales, pero ahora quiere estar en ese podio en «calidad, satisfacción y rentabilidad, no necesariamente en tamaño».

POSIBLES COMPRAS / Pese a ello, y como suelen afirmar todos los banqueros, mantuvo que el grupo estudiará posibles compras «si hay alguien que quiera vender o hay un banco que fracase». Pero solo presentará una oferta, matizó, con condiciones exigentes: si la operación le da una retorno sobre la inversión de entre el 14% y el 16% e incrementa el beneficio por acción en tres años más de lo que subiría sin hacer la compra.

También negó que el Santander fuera el único banco que pujó por el nacionalizado BMN, pese a que desde el sector público y privado así se ha sugerido, y aseguró que «no hay una necesidad perentoria» de fusiones en España porque la banca del país es el más eficiente de «casi toda Europa». Asimismo, descartó que a los inversores les preocupen los casos de corrupción: «El sistema funciona, el entorno institucional es estable y el país es seguro para hacer negocios».