El consejero delegado de la filial española del Santander, Rami Aboukhair, ha desvelado este miércoles que la entidad está a punto de lograr un apoyo del 50% al 'bono de fidelización' que ha creado para que puedan recuperar su dinero parte de los accionistas y acreedores del Popular que perdieron toda su inversión tras la intervención y venta de la entidad al banco presidido por Ana Botín.

El plazo para aceptar ese bono comenzó el 13 de septiembre y se prolongará hasta el 12 de septiembre. La acción comercial está dirigida a 115.000 afectados (sobre un total de más de 300.000) que invirtieron 981 millones de euros en la entidad caída. Las adhesiones equivalen ya a perjudicados que apostaron en el Popular en torno a un 50% de esa cantidad.

Se trata de obligaciones perpetuas contingentemente amortizables sin fecha de vencimiento con un interés anual del 1% que se pagará trimestralmente. Las valoraciones teóricas emitidas por expertos independientes, como AFI e Intermoney, sitúan su valor razonable entre el 68,16% y el 75% del nominal.

Limitada y condicionada

La campaña va dirigida a los clientes minoristas que compraron acciones entre el 26 de mayo y el 21 de junio del 2016 (fechas de la última ampliación de capital del Popular) y a los que compraron obligaciones subordinadas en las emisiones del 29 de julio y el 14 de octubre del 2011 (las únicas dirigidas a pequeños ahorradores).

Además, deberán haber tenido los títulos depositados en el Popular o el Santander en la fecha de la intervención del banco (el pasado 6 de junio) para demostrar su vinculación comercial con el grupo. Los que invirtieron hasta 100.000 euros recibirán un bono por la totalidad de esa cantidad (descontando los intereses ya cobrados, en el caso de la deuda); los de entre 100.000 y 500.000 euros, el 75%; y los de entre 500.000 y un millón de euros, el 50%. El Santander ha destacado que el 99% de los clientes y empleados del Popular que compraron acciones en la última ampliación realizaron desembolsos inferiores a 100.000 euros.

Excluidos

Quedan excluidos los minoristas que compraron acciones o deuda en otro momento, los inversores institucionales, los miembros del consejo de administración del Popular, las personas vinculadas a dichos consejeros y los accionistas que individual o concertadamente hayan tenido una participación significativa en el banco (como la Sindicatura de Accionistas, ligada al Opus Dei).

El Santander podrá amortizar los bonos a partir de dentro de siete años. Si lo hace, el cliente recibirá el 100% de su inversión. Si necesita el dinero antes, podrá venderlo en el mercado secundario AIAF, en el que se espera que empiecen en septiembre. Sin embargo, si los venden antes de que el Santander los amortice no recuperarán toda su inversión, ya que lo normal es que su valor de mercado sea inferior al nominal debido a que se descuenta el cobro de intereses.

Acciones legales

Para hacerse con los bonos, los clientes tendrán que renunciar a emprender acciones legales contra el Santander. Sin embargo, el banco no les impide acudir a la justicia contra la junta del Mecanismo Único de Resolución (JUR) europeo, el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) español o los exdirectivos del Popular.

Además, los clientes tendrán que "mantener, cuando se entreguen los bonos de fidelización, una relación comercial equivalente con el banco a la que tenían en el momento de adquisición de las acciones o de las obligaciones subordinadas". Es decir, que si desde entonces se llevaron su nómina, sus ahorros o otros productos financieros a la competencia, tendrán que traerlos de vuelta al Popular.