Las organizaciones de productores, las cooperativas y los sindicatos agrarios ya tienen en su poder las instrucciones para llevar a cabo la retirada de fruta, medida extraordinaria adoptada a nivel europeo por el veto ruso a la llegada de algunos alimentos procedentes del viejo continente. Sin embargo, el sector y el propio consejero Modesto Lobón consideran este reglamento "insuficiente" porque no contempla la destrucción en el campo, solo la entrega gratuita a la beneficencia y la industria transformadora de zumo, cuando ambos destinos están "saturados".

Para José Manuel Penella, secretario general de UAGA, este documento "no es nada" y exige ayudas para que la fruta no se coseche. "Bruselas no quiere dar la imagen de que paga por tirar la fruta, pero luego destina el 40% de su presupuesto a quien no produce. Su hipocresía es tremenda", criticó Penella, quien instó a la ministra de Agricultura a luchar por conseguir esta medida. El secretario general de UPA Aragón, José Manuel Roche, incluso apostó por el compostaje y la alimentación de la ganadería ovina como salida para el excedente de fruta. "Este reglamento ya existía y solo es un parche", añadió.

Según el reglamento, que prevé efectos retroactivos desde el 11 de agosto y hasta el 30 de septiembre próximo, el productor tendrá que declarar cuánta cantidad va a retirar y se deberá producir una inspección por parte del departamento y una verificación para comprobar que el producto retirado es apto para cualquier mercado. Podrá destinarlo a la industria para su transformación o bien cederlo --en fresco o en zumo-- a bancos de alimentos, residencias de ancianos, colegios de educación especial, congregaciones religiosas o fundaciones. A cambio, recibirá un importe máximo de ayuda de 0,269 euros por cada kilo de melocotón o nectarina si pertenece a una organización de productores y 0,4313 euros por kilo para el paraguayo, la platerina o el melocotón plano (la mitad en ambos casos si es fruticultor individual).