Los mercados no tenían mucho más donde acogerse en las noticias del fin de semana para ponerse a reactivar sus cartera de aquí para allá. Ninguna reunión ni prevista ni imprevista del domingo para justificar su dependencia tan cómoda de que los acontecimientos en cualquier parte del globo iban a inquietar a los inversores este lunes. Nada por Siria ni por Ucrania. Nada de impacto en el viaje imprevisto del virus del ébola del Sur al Norte, es decir a Occidente. Ayunos de acontecimientos que causan inquietud entre los que manejan las carteras de los ahorradores acomodados, los operadores optaron, un día más, por quedarse en el mínimo de compras y ventas, a la espera de noticias exteriores que motivaran su salida del sopor ambiental.

Las pocas noticias que recibieron los gestores de carteras tampoco eran para echar cohetes. Marcó tendencia que el Dax alemán iba de capa caída porque una de sus cotizadas, SAP, presentó un mal balance trimestral. Lo que faltaba a las bolsas francesa, italiana y británica para interpretarlo como un nuevo síntoma de debilidad en el conjunto de la UE. Solo faltaba, para añadir pesimismo, que el BCE empezara a cotizar su programa de compra de bonos con los activos que aporta Francia.

Como los mensajes desde Alemania apenas suscitan interés mercantil, los gestores de bolsa acabaron por señalar a la prensa de que sin sus titulares como gancho, el interés de los inversores desaparece.

El Ibex 35 se dejó el 0,42% y su índice está en los 9.915 puntos.