El ministro de Fomento, Iñigo de la Serna, aseguró ayer que el Gobierno de España va a estar «permanentemente pendiente» de las negociaciones entre PSA y General Motors para la adquisición de su filial alemana.

A preguntas de la prensa en Santander, De la Serna destacó que los mensajes lanzados por la dirección de PSA «son tranquilizadores en relación a la fábrica de Zaragoza porque han dicho que los trabajadores pueden estar tranquilos». De la Serna reafirmó el mensaje también «tranquilizador» del ministro de Economía, Luis de Guindos, señalando la «importancia» de Opel en nuestro país «con tres fábricas que están demostrando una alta competitividad». Hace solo tres días que el Gobierno español se pronunció por primera vez sobre la operación, un retraso que contrasta con la rápida respuesta de Alemania o Reino Unido y que ya empezaba a inquietar a las partes afectadas.

El Ejecutivo autonómico, por su parte, ha apelado en todo momento a la prudencia y a la competitividad mostrada por Figueruelas, que es la principal planta de Opel (representa casi el 40% de los coches fabricados por la firma alemana).

Sin embargo, eso no ha evitado que la inquietud volviera a la factoría aragonesa. Ayer, fuentes del comité de empresa, reconocían que la plantilla está «expectante», por lo que confían que se les convoque «pronto» a una reunión.