En medio de una gran manifestación de sindicalistas, encabezada por Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez, y con el apoyo del expresidente de Uruguay, José Múgica, de los líderes de formaciones de izquierda --PSOE, Podemos e IU-- y de sindicalistas europeos, se celebró ayer la primera sesión del juicio contra los 8 trabajadores de Airbus, de Getafe (Madrid), en la que uno de los imputados acusó a la policía de mentir porque ninguno de los trabajadores agredió a las fuerzas de seguridad del Estado.

Los ocho sindicalistas, siete de CCOO y uno de UGT, que formaban parte del comité de empresa cuando ocurrieron los hechos, están acusados de un delito de coacciones y agresiones durante la huelga general de septiembre del 2010, por lo que el fiscal solicita un total de 66 años de prisión. Todos los procesados respondieron a las preguntas de la Fiscalía y de la defensa, y esta última puso de manifiesto que el Ministerio Público no tiene ninguna prueba incriminatoria de que se hubieran cometido los delitos que se les imputan.

Los líderes de CCOO y UGT encabezaron una marcha desde la sede de Airbus hasta los juzgados de Getafe, movilización que se mantendrá durante los tres días que quedan de juicio.

Uno de los encausados, José Alcázar, entonces presidente del comité intercentros, señaló que ese día se extrañó de la fuerte presencia policial ante la factoría. Ante las acusaciones de que intentó coaccionar a los trabajadores para que no entraran en la empresa, Alcázar dijo no tener constancia de que nadie quisiera entrar y "el que quiso entrar entró". También explicó que intentó calmar la situación cuando escuchó siete disparos: "Eso no lo había visto en la vida", añadió. "La policía dio palos a diestro y siniestro, como en la dictadura, y me pregunto por qué actuaron así. Es falso que agrediésemos a la policía".