La negociación del ERE de Ibercaja sigue su curso. Los sindicatos rechazaron ayer la propuesta planteada el pasado miércoles por la entidad y aseguraron que las indemnizaciones y condiciones presentadas son «míseras» y propias de una entidad «rescatada». Además, volvieron a insistir en que tanto el número de salidas (686) como el de cierre de oficinas (160) es «excesivo».

Con todo, los sindicatos quisieron mostrar su «voluntad negociadora» y presentaron contrapropuestas. Así, por ejemplo, CCOO y Asipa (segunda y tercera fuerza sindical en la entidad) pusieron encima de la mesa un planteamiento que sobre todo se basa en la «voluntariedad total» de las extinciones contractuales. Para ello, se adivina fundamental reducir la edad de las prejubilaciones. Por eso, ambos sindicatos exigen que puedan acceder los empleados con 55 o más años. Ibercaja, que en su propuesta planteó bajas voluntarias con una indemnización del 70% del salario fijo neto anual para los empleados que tengan cumplidos 58 años o más a 31 de diciembre del 2017, se comprometió ayer en la reunión a estudiar esa reducción, algo que podría ser crucial para al menos atisbar un acuerdo. De hecho, el banco aragonés valoró ayer de forma positiva la presentación de contrapropuestas y aseguró que de esta forma «se podría encauzar la negociación». No hay que olvidar que en el grupo hay unos 440 trabajadores con 57 o más años y casi mil con más de 55.

Así las cosas, las próximas reuniones (mañana las partes se vuelven a ver las caras) se antojan claves para determinar el rumbo del ERE. Si Ibercaja abraza el concepto de voluntariedad y flexibiliza la edad de prejubilación, el expediente aún podría no ser «conflictivo». Si no es así, los sindicatos no descartan movilizaciones e incluso huelgas.

En este sentido, los representantes de los trabajadores también exigen mejorar las condiciones tanto a los potenciales prejubilados como al resto de empleados (en su oferta inicial la entidad contempló 30 días de indemnización por año con un tope de 18 meses). Y, por supuesto, los sindicatos no aceptarán ningún planteamiento que mantenga la movilidad forzosa, tal y como aparece en la propuesta actual. La pelota está ahora en el tejado del banco aragonés.