Torre Village, el centro comercial que la familia Soláns va a levantar en los terrenos de la fábrica de Pikolín en la carretera de Logroño, echó a andar ayer de forma oficial con el derribo de las antiguas naves, una demolición que durará hasta el mes de julio. Poco después comenzarán las obras con el objetivo de que el nuevo complejo de ocio y compras abra sus puertas en el último trimestre del 2018. «Ojalá podamos cantar aquí todos una jota en el Pilar para celebrar la apertura», dijo ayer Alfonso Soláns, presidente del fabricante aragonés de colchones y de Iberebro, la sociedad patrimonial del grupo que promueve este macro outlet.

El empresario indicó ayer en la inauguración oficial del proyecto que Zaragoza «necesita» este nuevo formato comercial porque «no existe» actualmente en la capital aragonesa. En este sentido, subrayó que lo que pretenden con Torre Village es «consolidar a Zaragoza como ciudad de compras». El complejo, en el que se van a invertir cerca de 60 millones de euros, prevé la creación de 1.000 empleos directos y contará con 60.000 metros cuadrados de superficie bruta alquilable. Zaragoza, con 610.000 metros cuadrados de grandes superficies, es una de las ciudades españolas con más densidad comercial.

«No son pocos los ciudadanos que se van a los outlets de Madrid y Barcelona», dijo Soláns, que trasladó su «esperanza en el éxito futuro» del proyecto. Igual de optimista se mostró respecto al nivel de comercialización de la zona de tiendas outlet, que contará con 13.000 metros cuadrados. «Va muy bien, mejor de lo previsto», indicó Soláns, quien, eso sí, no actualizó los datos aportados el pasado marzo, cuando concretó que el 60% de la superficie de esta zona ya estaba reservada.

PARQUE DE MEDIANAS / El presidente de Pikolín indicó que el parque de medianas, donde ya está Bauhaus, también está registrando una buena captación de firmas y que para la zona de restauración hay «un aluvión de solicitudes».

Más allá de la fecha de apertura, pocas novedades arrojó la inauguración. Soláns no quiso desvelar el nombre de ningún operador y recordó que el complejo prevé atraer cada año a entre 2 y 2,5 millones de visitantes.

Mientras tanto, Iberebro sigue ultimando el plan de formación que cursarán unas 1.500 personas que piensa seleccionar de las listas del paro y que una vez formadas nutrirán de personal a las enseñas. La compañía espera iniciar los cursos, en los que colaborará el Inaem, tras el verano.

Soláns destacó la creación del T-ZIR, el centro que pretende ser un referente en materia de innovación para el comercio. «De esa investigación se beneficará todo el sector, por eso no entiendo a los que dicen que estamos en contra del pequeño comercio, Zaragoza necesita ambos formatos», sentenció Soláns.