Los cambios en el escenario político, económico y social comienzan a tener sus efectos en las organizaciones sindicales. Las tradicionales, como UGT y CCOO, están obligadas a iniciar una metamorfosis para adaptar sus estructuras a la nueva realidad y, mientras esto ocurre, aparecen en el horizonte nuevas propuestas. Es el caso de Somos, un sindicato afín a Podemos pero que se declara "independiente" y cuyos estatutos propugnan "la participación y la transparencia" con un objetivo central: "modernizar las actuales estructuras" de estas organizaciones.

Sin embargo, la irrupción de Somos en el territorio nacional es todavía desigual. Con más presencia en Cataluña, Baleares, País Vasco o Madrid, el sindicato comienza a echar raíces en Aragón, donde ya existe una sección sindical en Urbanos de Zaragoza (antigua TUZSA) cuyo delegado es Enrique García. Como él hay solo dos o tres compañeros más que están intentando crear secciones sindicales en sus respectivas empresas que, no obstante, García prefiere no mencionar todavía.

"Nuestro germen es recoger la voz de la calle", afirma este trabajador de 41 años, que reconoce que en el pasado no fue sindicalista. "Sufrí el ERE en la empresa --afectó a más de 150 empleados-- y durante el proceso ví las carencias que hay en la representación de los trabajadores. Hoy parece que los sindicatos van por un camino y las plantillas por otro", destaca. Esta experiencia y las características diferenciadoras con las que nació el Somos --no contempla liberados sindicales ni subvenciones públicas-- es lo que empujó a García a dar el paso.

Se trata de la primera sección sindical de Somos en Zaragoza. De hecho, esta misma semana presentó a la empresa la documentación y cuenta con el respaldo de otros 15 representantes dentro de Urbanos de Zaragoza. "Ahora el reto es conseguir el mayor número de delegados en las elecciones que tendrán lugar el próximo mes de diciembre". Hoy, la empresa suma más de 1.300 empleados y 23 miembros en el comité.

Primeros pasos

Uno de los objetivos de Somos es que su mensaje cale en el 85% de los trabajadores que en estos momentos no están afiliados a ningún sindicato. Pero la fecha que está marcada en rojo en el calendario de esta organización es el 7 de marzo. Ese día, en Madrid, tendrá lugar una asamblea general en la que se decidirá la estructura y organización del sindicato.

Entre las señas de identidad figuran la eliminación de los liberados y que los cargos internos serán "revocables, rotatorios y limitados temporalmente". También incide en la transparencia de sus cuentas, que serán "públicas y se actualizarán periódicamente en la web". Además, trabajará para cambiar el sistema de elecciones sindicales con listas abiertas, con la aspiración de que el 100% de los trabajadores estén afiliados.

Paco Torrico es uno de los tres portavoces que, de forma provisional y hasta el 7 de marzo, hablan de la marcha del sindicato. Él recuerda que la organización empezó con unas 60 personas.

La red de afiliados de Somos en España se ha ido tejiendo a través de internet. Ese ha sido el lugar de debate, de intercambio de propuestas y la forma de conocerse unos a otros, según reconocen varios afiliados consultados. Entre ellos figura Santiago Perbech, antiguo presidente del comité de Inasa Foil, en Sabiñánigo, que con un nutrido grupo de empleados de la empresa crearon Aludesa, una sociedad para reflotar la compañía que entró en liquidación. Pero intento no cuajó finalmente.