La encuesta de población activa (EPA) correspondiente al primer trimestre del 2015 ha caído como un jarro de agua fría sobre quienes esperaban una remontada del empleo al mismo ritmo de la recuperación económica que esgrime el Gobierno. El año ha arrancado con un aumento de la tasa de desempleo que se explica, sobre todo, por la disminución de la población activa que deja de buscar trabajo por el efecto desánimo y por la destrucción de empleo en el sector privado.

A finales de marzo en España había 5.444.600 personas en paro, 13.100 personas menos que en el trimestre anterior, pero la tasa subió tres décimas, hasta el 23,78%. Especialmente significativa es la pérdida de la ocupación, casi el doble de lo previsto, y la dependencia del mercado de trabajo de la economía de temporada vinculada al turismo y las rebajas. La inmensa mayoría del empleo destruido se ha producido en el sector servicios del que se esperaba ya alguna señal de estabilización.

Por el contrario, la construcción es el sector que como antes de la crisis del ladrillo vuelve a tirar de la contratación. En uno o en otro caso, el empleo creado o destruido es temporal, aunque sea indefinido, y a tiempo parcial.

MENOR ACTIVIDAD

Aunque las cifras mejoran, si se comparan con la fotografía de hace un año, la tasa de actividad aún no llega al 60%. La mayor bajada se produce en el sector privado y entre los asalariados, aunque tampoco crece el numero de autónomos, excepto entre los empresarios que no tienen empleados o trabajadores independientes.

Son datos peores de lo que esperaban expertos de distintos ámbitos, incluido el Gobierno. Organismos como el Instituto Flores de Lemus, Esade o Asempleo, la asociación de empresas de trabajo temporal, han acusado el impacto y atribuyen la lentitud de la mejora del mercado de trabajo al efecto desánimo entre los parados ante las escasas expectativas de encontrar un empleo, sobre todo entre los más jóvenes y los parados de larga duración. El portal de empleo Infojob advierte de que el trabajo que se está creando en España "es precario" y con altas tasas de temporalidad. Por estas mismas razones los sindicatos CCOO y UGT consideran "engañosa" la recuperación económica de la que presume el Gobierno del PP.

A un mes de la celebración de las elecciones municipales y autonómicas y a una semana de presentar en Bruselas el nuevo programa de reformas, solo el Gobierno está convencido de que el crecimiento del producto interior bruto (PIB) es y será equiparable al crecimiento del empleo.

En plena crisis por el caso Rato, o quizá por ello, Mariano Rajoy tomó el Insituto Nacional de Estadística (INE) como tabla de salvación para su discurso preelectoral. En un vídeo difundido por las redes sociales y You Tube, el presidente del Gobierno aseguró que son cifras "que debemos celebrar porque son buenas sin ambajes y sin objeciones" y "nos indican que estamos en el buen camino".

En su intervención, Rajoy se fija como objetivo "volver a una España con 20 millones de personas trabajando", en lo que se abunda el secretario de Estado de Economía, Íñigo Férnandez de Mesa, que ve posible que este año se cree medio millón de empleos.

Sin tener en cuenta el desánimo de los que no encuentran empleo y ya no están apuntados en las oficinas públicas, ni el regreso de extranjeros a sus países ni de los trabajadores españoles que se han convertido en emigrantes por la crisis, Luis de Guindos destacó como éxito la creación de 505.000 empleos este año, lo que representa una tasa del 2,97%.

Para el titular de Economía, la EPA ha mostrado que la economía española ha empezado el 2015 con un crecimiento superior al 3% y está convencido de que el empleo recorrerá un camino paralelo este año.

De momento, el panorama no es muy alentador . La autoridad fiscal (AIREF), que ajusta sus previsiones cada mes, ha revisado a la baja sus estimación de evolución de la economía para los dos primeros trimestres de este año.

Por su paste el instituto Flores de Lemus calcula que hasta el 2020 no se alcanzará una tasa de ocupación como la de antes de la crisis.