Más competitividad y más eficiencia. El presidente de PSA, Carlos Tavares, volvió a insistir ayer en su visita a Figueruelas que la planta aragonesa debe seguir mejorando sus costes si quiere jugar un papel protagonista en el futuro del grupo automovilístico francés. El directivo luso, que visitaba la factoría zaragozana por segunda vez (la primera fue en mayo del 2017), incidió en que Figueruelas debe acercarse más pronto que tarde a la rentabilidad de las plantas de PSA en Vigo o Madrid.

En una reunión celebrada en el auditorio de la factoría aragonesa con mandos intermedios, Tavares volvió a recordar que fabricar un coche en Figueruelas cuesta unos cien euros más que en las citadas plantas. Un mantra que también repitió al comité de empresa, al que pidió huir de comparativas con las fábricas de Alemania o Francia.

Eso sí, el presidente de PSA aseguró que Opel España está en el buen camino para mejorar su eficiencia y agradeció que la mayoría de la plantilla respaldara a finales de enero el nuevo convenio colectivo, que redujo ligeramente las nóminas de los trabajadores y elevó los tiempos de trabajo. Con todo, Tavares considera que aún se pueden alcanzar mejoras en otras materias que lleven a una mayor rentabilidad.

El presidente de PSA ya dijo en septiembre del año pasado en el salón de Fráncfort que las plantas de Opel tenían «importantes déficits» respecto a las del grupo Peugeot y dejó claro que la rentabilidad iba a ser su máxima prioridad, un dogma que también va a salpicar, como se está viendo, en las auxiliares.

El convenio aceptado en enero conllevó sacrificios a la plantilla, pero también garantizó la fabricación del nuevo Corsa a finales del 2019. La planta de Figueruelas ya avanza en los trabajos preparatorios para albergar el primer coche eléctrico puro de Opel en Europa. Su desembarco supondrá una «importante» inversión en la factoría zaragozana, aunque la compañía todavía no ha ofrecido datos concretos de la misma.