La disrupción tecnológica, el envejecimiento de la población y la carestía de profesionales están cambiando el mercado laboral de España. Así lo aseguran diversos estudios y expertos, que prevén un entorno laboral donde los perfiles más técnicos prevalezcan debido a la irrupción de plataformas tecnológicas que desintermedien las relaciones laborales, un fenómeno que profesor del IESE José Luis Nueno llama uberización.

Según los expertos, el ejemplo de la disrupción tecnológica de Uber con los taxis se ampliará a otros sectores de servicios. Esta transformación de las relaciones laborales se extenderá sin recortar las exigencias a los trabajadores y, además, deberá lidiar con una pirámide demográfica en tensión: España necesitará 1,6 millones de empleados altamente cualificados en la próxima década, según un estudio del economista Josep Oliver para Manpower. De estos, 1,1 millones serán profesionales y técnicos de apoyo y 560.000, trabajadores cualificados.

«Se va a producir un auténtico tsunami demográfico, con reducción y envejecimiento de los activos, y un importante sesgo femenino; una caída de los grupos de trabajadores más jóvenes que afectará a la difusión del cambio técnico con los consecuentes problemas para la productividad», concluye el estudio.

Oliver alerta de que los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) no ofrecen ninguna duda: «Se apuntalará un doble proceso de reducción y envejecimiento de la población activa, cada vez más acelerado salvo que se produzca una fuerte corrección a través del flujo migratorio». Según estos cálculos, se perderán 750.000 millones de trabajadores activos y la población envejecerá haciendo que la adaptación de las plantillas a las nuevas necesidades sea cada vez más complicada. El cambio demográfico reducirá drásticamente la población activa de menos de 40 años, en concreto en cuatro millones de trabajadores entre el 2009 y el 2026. Como consecuencia, Oliver apunta a un fenómeno de consecuencias inesperadas: «Si el 80% del nuevo empleo será ocupado por mayores de 50 años, el mismo 80% del empleo generado será en ocupaciones de contenido tecnológico». Y en esos puestos serán necesarios niveles formativos altos. ¿Serán capaces las plantillas de babyboomers de adaptarse al cambio tecnológico?

Sector sanitario

La irrupción de nuevas tecnologías tendrá un efecto no previsto en muchos sectores. Nueno considera que esa creciente «desintermediación tecnológica» o «uberización» es una amenaza clara para los próximos años. Ejemplifica esa amenaza en los efectos en un sector sanitario. En su opinión, buena parte de la carga de trabajo tenderá a desplazarse de los médicos a profesionales sanitarios con una cualificación suficiente pero inferior a la de los médicos por las mayores cargas de trabajo. El auge de los nuevos «enfermeros extendidos» será el resultado de la aparición de «varios centenares de apps médicas que apoyan diagnósticos y prescripciones (no recetas) y que los ponen en comparación con millones de observaciones y datos clínicos disponibles en la nube, reforzando así la autoridad de la opinión de los enfermeros». Otro elemento que apoya ese auge de enfermeros con capacidades médicas es el envejecimiento de los médicos y su costosa formación. Será una crisis estructural más que una simple cuestión económica «ya que los salarios de los médicos y enfermeros en España son lamentablemente muy bajos», opina Nueno.

El director de Deusto Business School Health de la Universidad de Deusto, Roberto Nuño, reconoce que «probablemente no estamos preparados» en el ámbito sanitario para los «tsunamis» de la tecnología y el envejecimiento, dos aspectos que «están ya en la sociedad». Asegura que la influencia de la tecnología también ha provocado modificaciones en el uso que hacen las personas de la propia tecnología.