Pequeño gran paso en la mejora de las comunicaciones en España. Telefónica y Vodafone han llegado a un acuerdo histórico que permite a la filial del grupo británico acceder de manera inmediata a la red de fibra óptica desplegada por Telefónica. O lo que es lo mismo: Vodafone podrá ofrecer servicios de banda ancha ultra rápida y de televisión a millones de clientes que, hasta el momento, no podía.

De esta forma se pone fin a un conflicto que se remonta a hace más de cinco años, y en el que el regulador español, la CNMC, también ha sentado las bases. Sin embargo, el acuerdo entre las dos empresas va más allá, y marca un antes y un después en el despliegue de nuevas tecnologías de comunicación.

Telefónica tiene fibra desplegada en más de 17 millones de unidades inmobiliarias de España, un esfuerzo inversor que la había diferenciado de la competencia (su plan es calcanzar 25 millones de hogares en el 2020). La CNMC ha obligado a Telefónica a compartir el acceso a la fibra en todo el territorio excepto en 66 ciudades (las más pobladas y donde había competencia). Para Telefónica, «este acuerdo es un hito en su estrategia de negocio mayorista», ya que tendrá un papel más activo.