Telefónica tiene buena salud, incrementa los beneficios a un ritmo superior al 30% pero la evolución de las divisas y los mercados de renta variable empañan su balance de gestión positivo. Ese fue uno de los mensajes lanzados ayer en la junta general de accionistas por parte del presidente ejecutivo, José María Álvarez-Pallete. El directivo opinó que el «impacto negativo de la regulación» sigue «drenando» el crecimiento al sector de las telecomunicaciones, que no cotiza en estos momentos al precio que debiera en las bolsas.

Álvarez-Pallete reafirmó su confianza en un sector «vital» para los procesos de digitalización acelerados que deben implementarse en la economía. Asimismo, se refirió al impacto de la regulación como uno de los factores que penalizan la cotización de la acción de la operadora, que cotiza en torno a los 7,6 euros, el nivel más bajo desde mediados de febrero. También impactan negativamente, dijo, la fluctuación de las divisas de los países en los que opera y la evolución bursátil general del sector, que ha sido «el que peor se ha comportado a nivel mundial en los mercados de valores en los dos últimos años»

El presidente ejecutivo se mostró convencido de que «más allá de las coyunturas bursátiles se reconocerá el valor intrínseco de la compañía». Añadió que «Telefónica es más que nunca una compañía tecnológica y creciente» en la que el último quinquenio se han invertido más de 45.000 millones, (9.000 millones al año de media) y sigue invirtiendo entre el 15% y el 17% de sus ingresos.

Álvarez-Pallete señaló que el nivel de inversión es «posiblemente el más alto» de la historia de la empresa, pero aseguró que se justifica por el «nivel de ambición» y los resultados obtenidos, pese a que esa política inversora también impacta en la cotización de la acción y en los niveles de deuda de la compañía. «Venimos de un esfuerzo inversor gigantesco inspirado en una visión anticipada del cambio tecnológico que advertimos antes que el resto del sector. Y aquella visión está dando sus frutos», dijo.

TRANSFORMACIÓN TOTAL

En este contexto, dijo que la empresa se ha autoimpuesto exigencias para acelerar el cambio en sus ámbitos de actuación: transformar más la oferta hacia lo digital; transformar las plataformas, invertir en nuevas redes y adaptar la oferta; y transformar la cultura de la compañía para trabajar de forma «más ágil y sencilla».

Esos objetivos se enmarcan en el próximo despliegue comercial del 5G de móviles, que comenzará a dar servicio a partir del 2020 tras la subasta de frecuencias y que aumente la disponibilidad tecnológica y de terminales. «La disponibilidad tecnológica condiciona que el despliegue comercial del 5G lo estimemos a partir del 2020», dijo Álvarez-Pallete. Recordó que aunque la próxima subasta de las frecuencias en la banda de los 3,6-3,8 GHz, prevista para julio «permitirá acelerar la implementación» de esta tecnología, el 5G está aún en fase «de desarrollo».