El futuro centro comercial Torre Village, que se pretende implantar en los terrenos de la antigua fábrica de Pikolín en la carretera de Logroño, tiene ya reservado más del 60% de la superficie comercial. Así lo aseguró ayer Alfonso Soláns, presidente del fabricante aragonés de colchones y de Iberebro, la sociedad patrimonial del grupo que promueve este gran proyecto. «El plan comercial va fantástico», aseguró a preguntas de los periodistas tras la firma de un convenio con Fundación DFA, que asesorará al complejo en su construcción para garantizar el cumplimiento de los requisitos de accesibilidad universal.

Fuentes de Iberebro detallaron que dicho porcentaje de refiere a la zona de tiendas outlet, que contará con 13.000 metros cuadrados (es decir, unos 8.000 m² están ya comprometidos) y representa el mayor atractivo del nuevo complejo de compras y ocio, que sumará en total 60.000 metros cuadrados de superficie bruta alquilable (SBA), incluyendo los espacios de medianas comerciales -como Bauhaus, que ya opera- y de restauración. La inversión rondará los 60 millones de euros.

El empresario zaragozano destacó que sí existen «compromisos ciertos y serios de compañías deseosas» de tener presencia en este centro, donde ya tienen asignado el local concreto y la superficie que ocuparán, aunque no el precio del alquiler. «Hay un deseo increíble, que el público no se puede imaginar, por parte de los operadores y también de los consumidores», recalcó.

Respecto a otros complejos del mismo formato comercial, como Las Rozas de Madrid o La Roca de Barcelona, señaló que el proyecto zaragozano no será más grande en superficie pero «será mejor en calidad». «Somos aragoneses, o hacemos bien las cosas o no las hacemos», bromeó. No obstante, precisó que la oferta de marcas será algo diferente y se ajustará a las preferencias del consumidor zaragozano y de su entorno. «Lo haremos bien. Llevamos tiempo asesorándonos con expertos en proyectos de estas características y vamos a sorprender», aseveró. El gasto medio por visitante se estima que será de 250 euros.

Apeadero de tren / Soláns también se refirió a la posibilidad de que la línea de Cercanías de Renfe en Zaragoza, que ahora une las estaciones de Miraflores y Casetas, tenga parada en el centro, aprovechando la proximidad de esta conexión y la existencia a unos 300 metros de una antigua estación de mercancías, que se podría adecuar como apeadero. A este respecto, avanzó que Iberebro ya ha iniciado los contactos con el gestor ferroviario Adif y la consejería de Vertebración del Territorio del Gobierno de Aragón para estudiar la viabilidad de esta idea. Aunque no quiso aportar más detalles sobre cómo se financiaría, consideró que Torre Village puede ser «la excusa» para que este corredor ferroviario se dinamice e incremente el número de frecuencias. «Estamos en ese punto de ver si es factible, pero sería en beneficio del área comercial y de todo el corredor», apuntó.

Sobre el calendario del proyecto, los promotores mantienen los plazos marcados. Así, a finales de abril se prevé iniciar el derribo de la antigua fábrica de Pikolín, cuyo permiso municipal se ha concedido esta semana. Las obras tienen un plazo de ejecución de unos 18-20 meses con el objetivo de que la apertura comercial pueda producirse en la Navidad del 2018.

La velocidad de estos trabajos y el cumplimiento de los plazos dependerá de la concesión por parte del Gobierno de Aragón de la declaración de interés autonómico, lo que permite acortar a la tramitación administrativa del proyecto. En este sentido, Soláns dijo que no espera ningún problema y que, según le han transmitido desde la DGA, esta concesión se producirá en breve.