Los trabajadores sociales reivindican su sitio en el mundo de la empresa. Su labor está muy asentada en el campo sociosanitario, pero tiene largo camino por recorrer como apoyo a la gestión de los recursos humanos, la prevención de riesgos laborales y la política de responsabilidad social corporativa de una compañía.

Así se puso ayer de relieve en las jornadas Gestión de la Diversidad, Trabajo Social y Ética Empresarial, Nuevos Yacimientos de Empleo en torno a la Empresa, organizadas por la Facultad de Ciencias Sociales y del Trabajo de la Universidad de Zaragoza, el Instituto Aragonés de Empleo y FCC.

«Hay que incorporar el papel del trabajo social en la empresa para dar una atención integral al bienestar físico, psíquico y social del empleado», aseguró Ruth Vallejo, decana de Ciencias Sociales y del Trabajo de la universidad. En su opinión, la función de estos profesionales es más necesaria que nunca por el nuevo contexto socioeconomíco que se está imponiendo «a toda velocidad», con fenómenos como la robotización de la industria, que reducirá la empleabildiad, o el envenjecimiento de las plantillas. Como consecuencia de lo anterior, Vallejo explicó que cada vez un mayor número de personas va a quedar excluidas laboralmente, un problema al que los trabajadores sociales pueden hacer frente ayudando a su reinserción en el mercado.

CONCILIACIÓN FAMILIAR

La vigilancia de la salud de los trabajadores, la atención de los mismos en situaciones de duelo o la mediación en los conflictos por conciliación familiar son otras de las facetas en las que pueden colaborar. «Contratar a un trabajador social no es un coste más; es una inversión que repercute en la mejora de la competitividad de las empresas. Así lo demuestran todos lo estudios», concluyó Vallejo.

Algunas grandes compañía son conscientes de este nuevo enfoque, como quedó plasmado en una de las mesas redondas, en la que trabajadores sociales de Aena, Adif y el Banco de España expusieron sus experiencias.

La conferencia inaugural corrió a cargo de Luis Suárez Zarcos, director de Recursos Humanos FCC Medioambiente, quien hizo hincapié en el valor de la ética empresarial. «Cuando una compañía o sus mandos no se comportan éticamente, eso repercute en la cuenta de resultados», afirmó. Incluso, advirtió, la desatención de este concepto o la «bancarrota moral» pueden llevar a la quiebra de una empresa, como ocurrió con Enron, recordó.