El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha lanzado una nueva amenaza, vía Twitter. Esta vez los afectados son los coches de las marcas de automóviles que no los producen en Estados Unidos. Trump propone imponer unos aranceles del 20 % a todas las importaciones de vehículos llegados a EE.UU. desde la Unión Europea (UE).

"Basándome en los aranceles y las barreras al comercio que Estados Unidos y las grandes compañías y los trabajadores sufren en la Unión Europea, si estos aranceles y barreras no se eliminan pronto, estaremos aplicando un arancel del 20 % sobre todos sus automóviles", señaló Trump en su cuenta de Twitter. "Construidlos aquí", añadió el mandatario en su tuit.

Efecto cascada

Esta advertencia llega semanas después de que el Gobierno de Trump decidiera cancelar la exención de la UE a los aranceles el 25 % para el acero y del 10 % al aluminio, una medida que tuvo respuesta desde Bruselas con más gravámenes. EE.UU. también decidió entonces imponer esos aranceles a otros dos socios comerciales importantes, como Canadá y México, países a los que también había eximido en un principio.

En caso de que los aranceles a los vehículos europeos sean finalmente aplicados, el sector del automóvil de la UE se vería golpeado "con dureza", según un estudio del Instituto de Viena para Estudios de Economía Internacional Comparada (wiiw, en sus siglas en alemán) publicado en mayo.

Actualmente los vehículos de turismo importados de la Unión Europea están pagando actualmente una tasa del 2,5 %, mientras que los todoterrenos pagan un 25%. La Unión Europa aplica un arancel del 10% a los vehículos importados de Estados Unidos.

Alemania, donde los automóviles suponen el 28,4 % de las exportaciones a EE.UU., sería de lejos el socio más golpeado. También sufrirían no solamente otros productores de coches, como Suecia (16 %), Italia (12,8 %) y el Reino Unido (12 %), sino aquellos suministradores de componentes para la industria automotriz, como Eslovaquia (60 %), Hungría (27,7 %), Austria (10,5 %) y la República Checa (4,8 %). España también se vería afectada con un 9,1% ya que empresas como Gestamp tienen un papel importante para algunas marcas que fabrican en Estados Unidos.