Sus piezas en los decorados de 'Lo imposible' han consagrado a ICP Tecmolde. La empresa, creada en 1992, tiene 18 personas en plantilla y crece con fuerza en plena crisis económica.

La película Lo imposible, de Juan Antonio Bayona, les ha dado a conocer, pero el tsunami creativo de ICP Tecmolde, con epicentro en Loporzano (Huesca), se ha dejado sentir ya en muchos rincones del mundo: China, Rusia, Francia, Alemania, Nigeria, Qatar.... Su sello ha llegado a cientos de decorados de campañas publicitarias, proyectos cinematográficos e infinidad de programas de televisión. Películas como Astérix y Obélix, El Orfanato, Cheo El perfume, parques temáticos como Port Aventura, parques acuáticos, recreaciones para grandes óperas y anuncios de marcas como Danone, Freixenet o Codorniu se han realizado con piezas elaboradas en un taller de este municipio de apenas 70 habitantes. ICP Tecmolde ha colaborado también con compañías de teatro como La Fura dels Baus.

En 1992, su fundador, Julio Luzán, comenzó a trabajar en un proyecto basado en la escenografía artesanal y ocho años después, en el 2000, realizó una fuerte inversión en tecnología 3D. Fue su apuesta. "Había que elegir entre la artesanía o la tecnología", señala Luzán, y gracias a ello TCP Tecmolde trabaja para grandes mercados con entregas llaves en mano.

Rapidez y calidad

A día de hoy, la mayor parte de la producción se exporta. "Es un buen momento para salir fuera y trabajar" tanto solos como colaborando junto a otras compañías, como Amusement Logic, con la que trabajan codo con codo en la comercialización.

Uno de los retos de la empresa es crear decorados lo más rápidamente posible y con la mayor calidad. Para ello se utilizan materiales como el poliestireno expandido, morteros de última generación o poliuretanos. Por ejemplo, en Lo imposible "estuvimos dos meses construyendo todo lo que arrastraba la gran ola, y luego un mes y medio durante el rodaje", recuerda Luzán.

Este asturiano de nacimiento, que llegó a Huesca con solo 20 años, subraya que la fórmula que aplica a su empresa tiene cinco ingredientes básicos: dar la máxima calidad, rodearte de un gran equipo, entender tu mercado, reciclarte constantemente y ser flexible al cliente. Y, de momento, funciona, ya que en los últimos tres años la facturación de ICP Tecmolde ha crecido una media del 13%.

"Cuando sales fuera y ven cómo están acabadas las piezas y cómo resisten se quedan sorprendidos", apunta Luzán. Por ello, cree que a día de hoy "se puede realizar actividad a escala mundial sin importar si se hace en Nueva York o en Loporzano". De hecho, "los americanos vienen aquí a vernos", declara sonriente, mientras recalca que una de las piezas fundamentales de ICP Tecmolde es su equipo humano, que está integrado por 18 empleados entre los que figuran diseñadores, ingenieros, programadores, licenciados en Bellas Artes y comunicación audiovisual, cuya edad media se sitúa entre los 26 y los 28 años.