El secretario general de la Federación de Metal, Construcción y Afines de UGT-Aragón, José Juan Arcéiz denunció ayer la situación que vive el sector de la construcción en Zaragoza, que calificó de "preocupante". También cargó contra las condiciones laborales de los trabajadores que, según Arcéiz, son "muy graves".

El sindicato denunció las jornadas de más de diez horas y las horas extra pagadas en dinero negro que deben aceptar los trabajadores de las constructoras que no cumplen las normas de seguridad. UGT Aragón realizó en Zaragoza visitas a 24 obras de construcción de edificios con una media de 100 viviendas por inmueble en las que trabajaban 180 trabajadores haciendo jornadas de 10 horas cada uno. Si se cumpliesen las condiciones de trabajo legales y se eliminasen las horas extra que se están realizando actualmente, se generaría un aumento de 45 trabajadores en cada una de las obras, lo que supondría una subida del 4% en el conjunto de la comunidad aragonesa.

Según comentó Arcéiz, este problema está muy generalizado y alguien tendría que "tomar cartas en el asunto". Antes de la crisis, explicó, los sindicatos tenían mecanismos de vigilancia para verificar que las obras cumplían las condiciones de seguridad y salud a través del convenio del sector y de programas que ya han desaparecido y, por lo tanto, no se pueden aplicar.

En junio del 2015 había en la construcción 18.967 trabajadores en Aragón, y en el mismo mes de este año alcanzaron los 20.060, datos que están todavía alejados de los 77.689 del año 2008. A raíz de estas cifras, Arcéiz añadió que si este año se terminan cumpliendo las previsiones de aumentar, con respecto al 2015, un 5,4% los empleados en el sector, el porcentaje podría ascender hasta el 10% si las constructoras obrasen correctamente y según la ley.