Los trabajadores están que trinan con el acuerdo de Caja3. El sindicato Asipa no lo firma porque no le gusta. La líder de UGT en CAI no lo ratifica pero lo defiende. Los representantes de los trabajadores no saben muy bien qué ha pedido la UE a Caja3 y se van a averiguarlo, a estas alturas, otra vez, a Bruselas. Ibercaja está satisfecha porque ya tiene vía libre para poder hacer su banco (y nadie más irá a gritarle a la puerta, de momento, "Amado sal de la cueva"). Y el Gobierno de Aragón está feliz de que el banco aragonés (??) avance. ¿Para qué sirvió una huelga histórica de 48 horas y casi total de los trabajadores de Caja3 ? Es como si hubiera dado alas a la empresa.

Porque al final, el consejero delegado de Caja3, Ibercaja, el FROB y el Gobierno de España han conseguido llevar a todos a su objetivo: el mismo que había con el ERE de diciembre (que bien poco ha cambiado, incluidos los despidos porque si se suman los 455 que ahora se airean más los 60 que dicen que luego volverán (??) más los 77 contratos no renovados...), el de ir eliminando entidades a cualquier precio. Bueno, al que Europa ha marcado con sus ayudas... Los negociadores sindicales han pasado los días más difíciles de su vida, se han dejado la piel pero ya que lo único que han logrado es un acuerdo malo, lo lógico sería que expliquen en qué contexto y bajo qué circunstancias y presiones se ha firmado.

Porque si no, lo que se ve es que los sindicalistas son los que peor han aprovechado sus bazas que eran la fuerza, la razón y la unidad de la plantilla. Sin embargo, Caja3 e Ibercaja han ganado el pulso con el toque de atención que el Banco de España les dio por el bloqueo en la negociación; con los dos decretos del Gobierno --endurecer la jubilación y las prestaciones a mayores de 55 años-- que dejan un escenario cambiante, y, apurando, hasta con la intervención de Chipre.

¿Qué quedó en la negociación de la insistente petición de dimisión del consejero delegado de Caja3, a quien se le acusa de tener ya un puesto pactado en el banco fusionado? Hay muchas dudas que los sindicalistas deben explicar, pero a todos, no solo a los afiliados como hicieron ayer. Porque los días de las protestas y las huelgas no pedían el carnet a los empleados.

Caso aparte es el papel de los políticos aragoneses, que han dejado hacer como si las cajas no fueran con ellos. Y todo por defender un banco aragonés de peso. Eso sí, juntándose una caja que el año pasado tuvo pérdidas, con otra que despide a 592.