La proliferación de fruterías paquistaníes en Barcelona y Valencia está a la orden del día. En Zaragoza es todavía excepcional este fenómeno, pero ya han surgido varias. Es el caso de Pak España, que abrió hace cuatro meses Muhammad Kashif Javad, de 30 años, en la calle Monasterio de Samos (San José). Lleva en España desde el 2002, la mayor parte trabajando como temporero entre las naranjas de Valencia y los melocotones de Caspe. "En el campo se trabaja tanto como aquí en la tienda, pero no se cobra bien", apunta. Por eso decidió emprender su negocio con el dinero que ahorró a base de sacrificio y la ayuda de algunos compatriotas. Su ejemplo es muy similar al de muchos inmigrantes, sobre todo rumanos, chinos y marroquíes, que en los últimos años han puesto en marcha fruterías, caracterizadas casi todas por la amplía disponibilidad horaria y los bajos precios. La de Muhammad es autoservicio, abre de lunes a domingo y no cierra a mediodía. El kilo de naranjas se puede encontrar desde 33 céntimos por kilo. "De momento no ganar muy bien, vendo mucho pero con poco beneficio. Espero arrancar y seguir ganando clientes", dice esperanzado.