Este miércoles, asistí a la jornada de recursos humanos que organizó Randstad junto al Clúster de Automoción de Aragón. En dicho foro, Seat compartió sus mejores prácticas en la gestión del talento del sector a través de medidas probadas en los campos de la retribución, la organización del trabajo, la competitividad y los aspectos sociales. Pero también hubo un interesante debate sobre los profesionales que demandará la industria 4.0. Según Randstad, en la próxima década, el 75% de los empleos requerirá alta cualificación. Sin embargo, sólo el 7% de los estudiantes españoles cursa carreras científico-tecnológicas.

Pero aunque este hecho es preocupante, hoy quiero atraer su atención a otro problema que pasa más desapercibido porque no tenemos datos. ¿A qué se dedicarán los trabajadores que sean sustituidos por máquinas en esta cuarta revolución industrial? Los optimistas creen que, al igual que ha pasado en las anteriores revoluciones, habrá un trasvase de trabajadores de los sectores que pierdan empleo a los que lo generen, pero ¿y si esta vez nos equivocamos?

La compañía Mercedes presentó recientemente en Las Vegas el primer camión autónomo; la previsión señala que en diez años estos vehículos monopolizarán las carreteras norteamericanas; en EEUU hay casi 3 millones de camioneros. ¿A qué se dedicarán? La empresa Amazon ha hecho públicos sus planes para utilizar drones en la entrega de sus paquetes; el comercio electrónico ha permitido generar empleo en las empresas de logística y de distribución. ¿Eliminarán los drones esos trabajos?

Llevado al extremo, Domino's va a entregar sus pizzas en Nueva Zelanda con drones. ¿Dejaremos de ver repartidores por nuestras calles? Incluso hay una compañía que ha creado una máquina que puede hacer hasta 400 hamburguesas a la hora con sus distintos condimentos e incluso empaquetarla. Cuando en EEUU se pidió elevar el salario mínimo a 15 dólares la hora, las empresas de comida rápida retaron con sustituir parte de sus trabajadores con este tipo de máquinas. Está claro que para ser competitivos, tendremos que adaptar nuestras empresas con las mejoras de productividad que traerá la Industria 4.0 pero no deberemos perder de vista el papel del trabajador; en caso contrario, quizás la renta básica que recientemente rechazó Suiza no esté tan lejos...