Pilar González de Frutos, presidenta de Unespa, patronal del sector del seguro, propuso ayer en la comisión del Pacto de Toledo que los futuros pensionistas puedan lograr una renta vitalicia mediante la cesión de su patrimonio inmobiliario, una variación de la conocida hipoteca inversa que en España no ha tenido mucha aceptación.

Aunque reconoció que este tipo de productos son poco conocidos en España, los planteó como una manera de rentabilizar el ahorro que mayoritariamente los españoles destinan a la compra de casas. A diferencia de la hipoteca inversa, frecuentes en otros países del centro europeo (trasladar la titularidad del inmueble a un banco a cambio de una renta que nunca sería por el total del valor de la casa ni durante toda la vida del pensionistas), la renta fija sí sería de por vida, aunque tendría otras limitaciones.

La responsable de Unespa defendió la generalización de los planes de pensiones de empresa como una de las mejores fórmulas para complementar la pensión pública. González de Frutos prefiere la fórmula de Gran Bretaña en donde los planes son obligatorios para todos los trabajadores de la empresa (se incluirían en la negociación colectiva) y solo se podría desenganchar quien lo manifestara expresamente.

Ángel Martínez-Aldama, presidente de Inverco, pidió la extensión de esta fórmula al sector público. Pero ambos reconocieron las dificultades que supone que en España más del 90% de las empresas sean pymes y no aclararon si las aportaciones correrían a cargo de los beneficios empresariales o del salario del empleado.

«No voy a decir que el sistema de pensiones español no es sostenible porque no lo pienso. Debatir sobre si es sostenible es embarrar el debate, desviarlo por derroteros ineficientes. El sistema es sostenible porque tiene que serlo, porque es un mandato social contenido en la Constitución. Lo que se ventila aquí es la evolución de su generosidad», dijo González de Frutos.