La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca no solo ha revolucionado la política estadounidense. Su vena proteccionista ha alterado profundamente las relaciones comerciales con terceros países, pero al mismo tiempo ha abierto la puerta a que actores como Europa apuesten por reforzar su agenda comercial para aprovechar al máximo el hueco dejado por Washington. Al acuerdo político cerrado a principios de julio con Japón sobre el nuevo pacto comercial, la Comisión Europea quiere sumar este año más alianzas con los países del Mercosur y México.

«En los próximos meses se verán muchos más acuerdos internacionales», asegura un alto cargo europeo. «Todo el espacio que dejen atrás los norteamericanos Europa lo va a ocupar», augura. En los últimos tres años, Bruselas ha concluido negociaciones o ha empezado a aplicar acuerdos con Singapur, Corea del Sur, Ecuador y Vietnam. Tras siete años de conversaciones y una recta final cargada de polémica, la Unión Europea (UE) aprobó a finales del año pasado el acuerdo de libre comercio con Canadá.

El pasado 6 de julio, tan solo un día antes de la cumbre del G-20 en Alemania y tras cuatro años de conversaciones, la UE y Japón enviaron una poderosa señal a Trump -que ha sacado a EEUU del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP) y ha detenido las negociaciones del Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones (TTIP)- con el anuncio de un acuerdo político sobre un futuro pacto de libre comercio que abaratará la importación de coches del país asiático a cambio de una rebaja de aranceles para la carne y los lácteos europeos y un mayor acceso a la contratación pública. «El impulso político está ahí. En Europa y en todo el mundo la gente empieza a darse cuenta del riesgo del creciente proteccionismo», defendió hace unas semanas la comisaria de Comercio, Cecilia Malmström.

PRÓXIMA PARADA / Los negociadores europeos se afanan ahora por tejer nuevas alianzas en torno a otras dos prioridades para Europa: México y Mercosur. La UE y México ya disponen de un acuerdo global «que funciona» bien, según aseguran fuentes del Ejecutivo comunitario. Pero cuando se acordó, el bloque europeo contaba con solo 13 países miembros, no había euro y el mercado único era mucho más limitado. Así que, en mayo del 2016 se abrieron negociaciones para modernizar aquel pacto bilateral e integrar un capítulo comercial más desarrollado.

La cuarta ronda de charlas concluyó hace unas semanas y encararán la próxima etapa en septiembre -del 25 al 29- con una sensación generalizada de optimismo. «Hemos logrado buenos progresos en prácticamente todas las cuestiones. Hemos intercambiado ofertas sobre bienes, servicios y licitaciones públicas y creemos que esto dará un nuevo ímpetu y nos permitirá avanzar hacia el objetivo, que es concluir las negociaciones para finales de año», añade la misma fuente sobre un país que tiene a la UE como su tercer socio comercial más potente tras EEUU y China.

Todavía quedan muchos asuntos pendientes. Desde la protección de las inversiones hasta el acceso de productos hasta ahora no liberalizados como la agricultura y la pesca, pasando por la contratación pública, la corrupción e incluso la inminente negociación entre México, Canadá y EEUU para renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, prevista para el 16 de agosto. «Sabemos que va a implicar recursos de la parte de México, pero confiamos en que podrán participar en varias carreras al mismo tiempo», aseguran.

GRAN OPORTUNIDAD / El segundo gran objetivo de la UE es aprovechar la coyuntura generada por EEUU para cerrar un acuerdo político con los países del Mercosur, Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Venezuela, aunque el país de Nicolás Maduro no participa en las negociaciones comerciales. «Estamos en un momento muy importante de la política comercial y es necesario que los países den un paso adelante», insiste un alto cargo europeo convencido de que es posible cerrar un acuerdo antes de que termine el año. «Es un objetivo ambicioso pero posible», sostiene.

La UE y los países del Mercosur llevan años negociando. Las conversaciones han estado plagadas de altibajos y desde mayo del 2016 viven un nuevo momento tras la salida de escena de la expresidenta argentina Cristina Fernández. La próxima ronda de negociaciones será en octubre en Brasilia y, aunque admiten que al final del proceso no habrá plena liberalización en productos tan delicados como la carne, la UE cree que la oferta será atractiva. «Hay mayor voluntad, pero todavía no estamos ahí», añaden.

A diferencia de México, la UE no dispone de un marco que regule sus relaciones con los países del Mercosur, pero eso no significa que sus relaciones comerciales no sean importantes. El bloque europeo es el primer socio comercial para el Mercosur, las exportaciones europeas a la región pasaron de los 21.000 millones en el 2005 a las 46.000 en el 2015, mientras que las exportaciones del Mercosur aumentaron de 32.000 a 42.000 millones en el mismo periodo, esencialmente alimentación, bebidas, tabaco, productos vegetales como la soja y el café, y la carne. La UE exporta maquinaria, vehículos y piezas, así como productos químicos y farmacéuticos, y fue el principal inversor extranjero en la región con 387.000 millones en el 2014.