El 37,3% de los más de dos millones de contratos inscritos en los servicios públicos de empleo durante el mes de julio tenía una duración igual o inferior a un mes, según datos del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE). En total, en julio se registraron 779.679 contratos con una duración igual o inferior al mes. De esta cantidad, la mayor parte presentaba una duración igual o inferior a siete días.

Más concretamente, un total de 515.220, es decir, uno de cada cuatro del total de contratos efectuados en dicho mes, tenía una duración igual o inferior a la semana. Por su parte, 91.664 contratos, el 4,4%, presentaban una duración de entre una semana y 15 días, mientras que 172.795 (8,3%) tenían una duración de entre 15 días y un mes.

En conjunto, sumando todos los contratos de julio, la duración media de los mismos fue de 49,81 días, dato muy similar al de julio de 2017, que fue de 49,45 días. De entre todos, el 9,1% de contratos fueron indefinidos.

Alta temporalidad estructural

Si se echa un vistazo a la estadística de contratos registrados desde enero de este año se observa que el volumen de éstos con una duración igual o inferior a un mes varía muy poco a lo largo de los distintos meses del año, por lo que no puede concluirse que los contratos de julio fueran más cortos porque responden a las contrataciones de verano.

De hecho, el 37,1% de los contratos que se firmaron el pasado mes de enero tenía una duración igual o inferior a un mes; el 36,4% de los firmados en febrero también. En marzo, coincidiendo con la Semana Santa, el porcentaje fue del 38%; en abril del 38,3%; en mayo del 40%; en junio del 37,5% y en julio, del 37,3%.

Analizando los datos de este año se observa que mayo fue el mes en el que el peso de los contratos de menos de una semana de duración fue mayor: un 30,2% de los contratos que se firmaron ese mes duraba menos de siete días.