El fabricante aragonés de productos de higiene bucal Laboratorios Verkos, conocida comercialmente por su marca Kemphor, cumple 100 años de historia. La empresa familiar, fundada en 1918, alcanza este simbólico aniversario en manos de su tercera generación, un hecho meritorio en un sector dominado por las multinacionales extranjeras, que alguna vez han tratado de comprarla. La receta del éxito se basa en la diferenciación y en la calidad. Todo ello sin perder de vista el comercio exterior, que es hoy su mayor palanca de crecimiento. Aunque el porcentaje actual de sus exportaciones es todavía pequeño -el 7% de la facturación-, la compañía ha reforzado su apuesta por la conquista de nuevos mercados y este año se ha marcado como objetivo la entrada en países como Túnez, Jordania y Argelia, entre otros.

Esta pequeña compañía se ha convertido en el único fabricante nacional que queda en España entre la amplia oferta de marcas de pastas dentífricas que pueden encontrarse en los supermercados. Verkos tiene su centro de producción en la localidad zaragozana de Pinseque, donde emplea a 40 trabajadores. De esa planta, que cuenta con una superficie de 2.600 metros cuadrados, salen cada año 6,3 millones de unidades de productos. Desde el año 2000 cuenta con un edificio anexo, de 400 metros cuadrados que acoge el área de I+D+i, que es clave en la estrategia de la empresa. A pesar de la fuerte competencia de gigantes del sector, la empresa mantiene una línea ascendente en sus ventas. El año pasado elevó su facturación un 2%, hasta los 4,25 millones, y en el 2018 espera acelerar su crecimiento un 5%. Las cremas dentales son la joya de la corona de Kemphor, al suponer el 85% de la cifra de negocio, mientras que los enjuagues y colutorios aportan el 8% y el resto otros productos como cepillos de dientes.

Las exportaciones de Verkos se concentran en países de Oriente Medio (Irán, Irak, Emiratos Árabes), pero sus productos de higiene dental también llegan a destinos tan diversos como Perú, Ucrania y Marruecos. La empresa confía en consolidar esta presencia e ir ampliando poco a poco la lista de mercados extranjeros aunque la tarea no es sencilla debido a las barreras existentes por las autorizaciones sanitarias, que no son fáciles de conseguir.

CALIDAD COMO EMBLEMA

Sin embargo, la marca España «tiene prestigio en cosmética y perfumería en zonas como Sudamérica y Oriente Medio», apunta el director general, Jaime Serrano Ríos, orgulloso de la historia centeneria de Verkos. «Es un sector muy complicado por la presión de los grandes, pero hemos sobrevivido con la calidad como emblema», explica. Él es nieto del fundador de la empresa, Felipe Serrano Mañueco, que el 28 de julio de 1918 inició su andadura en una farmacia situada en el número 30 del paseo Sagasta. Allí empezó a fabricar distintas especialidades farmacéuticas como granulados, jarabe de manzana, emplastos o jengibrina.

Ya en los años 40, Verkos da un giro a su negocio para especializarse en productos de higiene bucal, aunque siguió fabricando esparadrapo dos décadas más. Es entonces cuando nace la marca Kemphor, cuyo primer lanzamiento fue un elixir. La primera crema dental llegó en los años 50, siendo una de las primeras que se comercializaban en España.