La expansiva política monetaria global ha estimulado los mercados financieros sin calar en la economía "real", por lo que las autoridades deben mantenerse "alerta" ante las posibles "vulnerabilidades", indicó hoy José Viñals, director del Departamento de Mercados Monetarios y de Capital del FMI.

"Seis años después de la crisis, la economía global continúa dependiendo de las políticas monetarias expansivas", explicó Viñals en un encuentro con un reducido grupo de medios, entre ellos Efe, en la sede del Fondo Monetario Internacional (FMI), en Washington.

Para el funcionario, la "transición de liquidez a un crecimiento económico autosostenido como elemento clave para la estabilidad financiera sigue siendo incompleta".

Reconoció, no obstante, que las políticas de expansión monetaria siguen siendo pertinentes, especialmente en la zona euro, dada su frágil recuperación.

Pero alertó sobre "los precios de activos que en algunos mercados se están elevando, y pueden culminar en una mala evaluación de los riesgos en algunos sectores".

"Estamos en un estado de alerta, no de alarma", precisó Viñals.

Principalmente, hizo hincapié en los "crecientes riesgos" financieros que encaran los países emergentes debido al previsible ajuste de la política monetaria en Estados Unidos, donde la Reserva Federal mantiene su progresiva retirada del multimillonario programa de compra de bonos que puso en marcha para estimular la economía.

Entre ellos, mencionó una "aguda corrección de precios, y una masiva salida de flujos de capital", en un contexto de alto endeudamiento privado.

"Aquellos mercados emergentes que mantengan fundamentos macroeconómicos fundamentales relativamente débiles podrían ser afectados de manera desproporcionada", advirtió Viñals.

El encuentro con el funcionario del Fondo se produjo un día después de que el organismo dirigido por Christine Lagarde presentase la actualización de su informe "Perspectivas Económicas Globales", en el que redujo las previsiones de crecimiento mundial al 3,4 % frente al 3,7 % pronosticado en abril, con el "menor optimismo" del esperado en los mercados emergentes como uno de los factores.