Los vinos de la Denominación de Origen (DO) Campo de Borja, como las grandes obras de arte, han demostrado ser viajeros y gozar de prestigio internacional. Quizá por ello, el Museo de Zaragoza fue elegido, de nuevo este año, como el lugar idóneo en el que celebrar a lo largo de la jornada de ayer la decimotercera edición de la Muestra de Garnachas. Esta contó con la participación de nueve bodegas -Alto Moncayo, Bodegas Aragonesas, Bordejé, Borsao, Pagos del Moncayo, Bodegas Román, Ruberte, Palmeri Sicilia y Crianzas y Viñedos Santo Cristo-, así como con el cannonau (garnacha) de Cerdeña, invitada en esta ocasión.

La muestra sirvió para exhibir el pulso que mantiene la DO Campo de Borja a nivel internacional y para adelantar las buenas previsiones que se auguran para este nuevo año. La denominación recogió en el 2016 los frutos de unos años de esfuerzo e inversión y consiguió superar su récord de ventas con más de 20 millones de botellas. En el primer trimestre de este año, sus bodegas han vendido casi 10 millones de botellas, un 15% más respecto al mismo periodo del año anterior, cuando distribuyeron 8,7 millones.

La variedad garnacha de Aragón también ha demostrado que mantiene la forma en los certámenes internacionales. En la última edición del Concurso Garnachas del Mundo, celebrado el pasado febrero en Cerdeña, la variedad de la comunidad consiguió 51 medallas, cuatro más que el año anterior.

Incertidumbre por la sequía

Sin embargo, aunque el presidente de la DO Campo de Borja, Eduardo Ibáñez, reconoció que se prevé «un año muy bueno en ventas», también mostró cierta preocupación por la sequía. Las pasadas heladas «afectaron a no más del 10%» del viñedo pero todavía no se puede hacer balance de los estragos que puede ocasionar la escasez de lluvias, ya que los viñedos están en floración. «Llevamos dos años de sequía y, aunque, la viña tiene sus reservas, este año va a ser duro», recordó Ibáñez.

Por otro lado, la DO Campo de Borja se mueve con soltura en el mercado exterior. Sus bodegas exportan «casi el 80%» de su producción, sobre todo a Reino Unido, Estados Unidos, Canadá, Alemania, Japón y China.

El consejero de Desarrollo Rural y Sostenibilidad del Gobierno de Aragón, Joaquín Olona, aprovechó la muestra para destacar la necesidad de «mejorar la renta de los agricultores» y para poner en valor el sector vitivinícola aragonés como «un ejemplo a seguir por el resto de sectores agroalimentarios».

La Muestra de Garnachas vivió por la tarde su plato fuerte con la tradicional cata, que fue guiada por el sumiller aragonés Manuel Jiménez. En ella participaron doce vinos de la DO Campo de Borja y tres referencias de Cerdeña.