El Instituto de Nanociencia de Aragón (INA) es uno de los centros de investigación más relevantes de la comunidad aragonesa. Y posiblemente su exitosa trayectoria no hubiera podido llevarse a cabo sin los fondos procedentes de la Unión Europea. "Nuestra financiación se basa en la obtención de proyectos europeos competitivos y de allí procede el 50% de nuestros recursos de investigación. Nadie nos regala el dinero, hay que conseguirlo", asegura el director del INA, Ricarda Ibarra.

Este centro ha obtenido tres proyectos de investigación de investigadores excelentes (ERC) y otros en colaboración con empresas. De este modo, en los últimos tres años, la financiación de proyectos competitivos ha sido de más de 8 millones de euros. Y algunos, como los que se basan en la liberalización controlada de fármacos a través de las nanopartículas reciben dinero casi en exclusiva de Europa.

España parece no tenerlo claro, pero sí Bruselas, que desde 1984 no ha dejado de incrementar la inversión en I+D+i hasta situarla como una de las cinco prioridades políticas para los próximos siete años. Los países de la UE invirtieron algo más del 2% de su PIB en el 2011, muy por debajo de EEUU, Japón o Corea del Sur. El objetivo es llegar al 3% en el 2020. Para lograrlo, la UE ha presupuestado unos 80.000 millones de euros para los próximos siete años, un 30% más que en el último septenio, solo en el programa marco Horizonte 2020, sin contar la parte nada despreciable que sale de los fondos estructurales.

Con la base de este programa europeo, el Gobierno de Aragón ha diseñado la Estrategia Aragonesa de Investigación e Innovación para una Especialización Inteligente (RIS3 Aragón), que pretende que el gasto en investigación y desarrollo (I+D) pase de equivaler el actual 1% del Producto Interior Bruto (PIB) de la comunidad aragonesa al 1,3% en el 2020, lo que supondrá un aumento del mismo del 35% en seis años. Según los datos que se aportan desde el Pignatelli, esta estrategia aragonesa podría movilizar recursos superiores a los 2.000 millones de euros en los próximos seis años, con la premisa de que en el 2020 más del 55% de este gasto tenga origen privado.

Lo cierto es que la puesta en marcha de Horizonte 2020 por parte de la Unión Europea ha dado cierta esperanza al sector de la investigación, muy lastrado por la crisis que se ha materializado en severos recortes para el sector. científicas. "En el futuro, los fondos estructurales europeos se dedicarán fundamentalmente a I+D+i y para ello se ha pedido a las diferentes comunidades que hagan estrategias. Ya no van a ir a aeropuertos, que ya tenemos bastantes, sino a investigación", asegura Ibarra, satisfecho.

Este investigador no duda en destacar la importancia que la financiación que viene de Bruselas ha tenido para este área de conocimiento en la comunidad. "Hay muchas infraestructuras, como el laboratorio de microscopías avanzadas que está en el INA, que no podrían haberse realizado sin ellos", indica. Costó 12 millones de euros.

En España, la partida presupuestaria destinada a la industria militar ha crecido el 39,5% respecto del 2013, casi el mismo porcentaje en que ha disminuido toda la inversión pública en I+D+i desde el 2009, cuando alcanzó su récord con 9.673 millones de euros. Unos 12.000 científicos han perdido su empleo desde el 2010.

"Los recortes en investigación han sido tremendos. Hay muchos grupos que podrían desaparecer y eso se une a nuestras escasas posiblidades de atraer talentos", lamenta el investigador.