Podemos lanzará a partir del miércoles una oleada de encuestaspara intentar determinar los motivos de su fracaso electoral, que les llevó a perder 1,2 millones de votos del 20-D al 26-J. El estudio demoscópico lo coordinará la responsable de análisis, Carolina Bescansa, pero el partido ya ha advertido que, a pesar de la estupefacción y el descontento en sus bases, la dirección no tiene intención de precipitarse en un diagnóstico de qué ha sucedido. Desde el domingo por la noche, ningún miembro de la dirección del partido ha ofrecido explicaciones precisas a unos simpatizantes que se veían superando al PSOE en votos y escaños y, ahora, tienen que digerir un amargo tercer puesto.

“No tenemos ninguna prisa” ha asegurado el secretario de Organización, Pablo Echenique, que ha insistido en la necesidad de buscar una explicación “científica” a los malos resultados en lugar de “emitir opiniones precipitadas”. “Estamos seguros de que hemos cometido errores”, ha admitido en una entrevista en Ondacero, pero ha subrayado que las opiniones personales “tienen un valor limitado”.

Echenique ha soslayado alimentar la disputa abierta en el seno de Podemos tras conocer los resultados del 26-J y no ha aventurado cuál es, a su juicio, la razón del fracaso. Preguntado por si coincidía con el análisis de Juan Carlos Monedero, que señala al diseño de la campaña que hizo Íñigo Errejón como responsable, ha evitado respaldar o contradecir esta acusación, pero en todo caso, la ha puesto en duda. “No tengo tan caro que esa haya sido una clave fundamental”, ha dicho tras poner en valor la capacidad del que fuera dirigente del partido.

El único motivo que Echenique se ha atrevido a suscribir no es un error de Podemos sino el tipo de campaña planteada por el PSOE para despertar miedo hacia los morados, una estrategia que, reconoce, ha resultado útil a los socialistas.

Desde la misma noche electoral, en la dirección del partido se ha desatado un debate acalorado por determinar las causas de los malos resultados, que les despeñaron hasta la tercera fuerza política cuando aseguraban estar en empate técnico con el PP, en primera posición. Los dirigentes afines a Pablo Iglesias ponen el acento en la concepción de la campaña, que creen que debía haber tenido más garra, en lugar del planteamiento contenido que diseñó Errejón para limar, justamente, la agresividad que habían mostrado durante las negociaciones de gobernabilidad de la anterior legislatura.

El sector errejonista, en cambio, sostiene que el problema radica en la alianza con IU, que les ha restado identidad podemista, les ha hecho encasillarse en el margen izquierdo del tablero, con etiquetas que consideran caducas y, sobre todo, sin capacidad para apelar a las aspiraciones y a las clases medias. Las declaraciones de Iglesias, la misma noche electoral, justificando la coalición y asegurando que el matrimonio debe continuar a futuro, enervaron a una parte significativa de los dirigentes.

El debate, que ahora circula en textos de los diferentes grupos de Telegram del partido, se expondrá en la reunión del próximo Consejo Ciudadano Estatal (CCE), el máximo órgano de dirección del partido, previsto para el próximo 9 de julio.