El candidato del PP a la presidencia, Mariano Rajoy, acudió al rescate de los populares aragoneses para intentar salvar el escaño que peligra en Teruel. Sus mensajes fueron en ese sentido. Su rival en la provincia es Ciudadanos, que obtuvo 11.400 papeletas en las elecciones de diciembre, y los populares intentan a toda costa atraer de nuevo a esas 11.400 personas. A estas alturas de la campaña ya no se andan con sutilezas: "C's tuvo votos, pero no sirvieron para nada porque no consiguieron escaño. No están las cosas para tirar el voto", advirtió el presidente en funciones.

Rajoy comió ayer en Teruel con 390 alcaldes y concejales de toda la provincia. Reforzó la idea de que el voto a Ciudadanos está perdido con el miedo a la llegada por la izquierda de Unidos Podemos. "Han sumado los radicales y eso les beneficia. Pido que los moderados sumen sus votos", dijo, soslayando al PSOE y focalizando solo a la formación morada como peligro inminente. Reclamó el apoyo de aquellos que creen "en la unidad de España y en la soberanía nacional", que piensan que todo el mundo es igual "en derechos, oportunidades, deberes y obligaciones" y que confían aún en el proyecto europeo. "Es el momento de apostar por políticos sensatos y no asumir riesgos innecesarios", subrayó.

Y como el día venía revuelto por la salida de Gran Bretaña de la Unión Europa, añadió otro elemento a su discurso: "No vamos a autorizar nunca un referéndum de autodeterminación de una parte de España sin la participación del resto", señaló en referencia a Cataluña. El candidato conservador ensalzó las virtudes de la prudencia en los gobernantes. "Está muy bien la audacia, pero la virtud reside en el término medio", dijo. Aseguró que los referéndums lo que hacen es dividir a la sociedad "y eso nunca es bueno". España "se juega muchas cosas", entre ellas y fundamentalmente la Constitución, a su juicio "un sistema de valores y principios" que los españoles se dieron en su día y bajo la que el país "ha progresado mucho".

Advertidos los nubarrones que se avecinan con Unidos Podemos y constatado que votar a C's carece de sentido, Rajoy se comprometió con Aragón y Teruel. La pasada semana no hizo ni una referencia a la comunidad, pero ayer cambió de estrategia. Recordó que en los años de la crisis ha bajado mucho la recaudación pero que su Gobierno "ha intentado" mantener las inversiones en provincia. "El Fite sigue aquí, aunque habrá que mejorarlo y cambiar su dotación", anunció. Señaló que se intentará mejorar las infraestructuras de comunicación, en planes de reindustrialización, así como en el impulso de la actividad del aeropuerto de Teruel.

Aunque más allá de las necesidades de Aragón y de Teruel, Rajoy reincidió en los ejes del mensaje que ha lanzado durante esta campaña. Marcó cuatro grandes objetivos para la próxima legislatura: la creación de empleo y el crecimiento de la economía; garantizar la pervivencia y calidad del estado del bienestar y las pensiones; preservar la unidad de España y la defensa de la vida, los derechos y las libertades, en referencia al terrorismo. El candidato tuvo, como es habitual cada vez que visita la comunidad, un recuerdo para Manuel Giménez Abad, que era presidente del PP de Aragón cuando fue asesinado por ETA.