Una enorme tormenta se desplomó sobre La Aljafería a eso de las 18.30. En cambio en la sala Giménez Abad donde a esa hora se sentaron los grupos negociadores de PSOE y Podemos amainó el temporal. No hubo ni rayos, ni truenos, ni reproches, ni reprimendas. Un giro en el tono y en las actitudes que permitió avanzar más rápido, y alcanzar un acuerdo claro: la puesta en marcha de un plan de emergencia ciudadano, que requerirá de modificaciones presupuestarias en las cuentas de este ejercicio y para el que los socialistas tendrán el apoyo parlamentario del partido violeta.

El plan, propuesto por Podemos en su decálogo, y el acuerdo que concitó dejó entrever el papel que dentro de poco tendrán los partidos que ahora negocian: el PSOE estará en el Gobierno y Pablo Echenique y los suyos en la oposición. Los papeles empiezan a clarificarse. El compromiso de los socialistas para poner el marcha la medida y la voluntad de la formación morada de apoyarlo con sus votos en el Parlamento para dotarlo económicamente así permite leer entrelíneas la realidad.

PRIMER COMPROMISO FIRME

Podemos concretó ayer algunas medidas que deberá contener el plan de emergencia, prioritario para este partido, y también para el PSOE, que apuesta a su vez por la renta social básica. Habrá que conjugar ambas propuestas. Pero es el primer compromiso en firme, con los pies en la tierra, con la mirada puesta en la necesidad de modificar el presupuesto de este año, que estará ya casi ejecutado por el Gobierno saliente, que es del PP. El plan contemplará el refuerzo del Ingreso Aragonés de Inserción (IAI) en todos los sentidos; la configuración de las llamadas ayudas de emergencia; una línea de lucha contra la pobreza infantil; facilidades de acceso a las escuelas infantiles, a la salud pública o mejoras en la dependencia.

La propuesta es amplia, transversal y afecta a varios departamentos del Gobierno, y está todavía sin cuantificar. Pero será lo primero que haga Javier Lambán cuando llegue al Pignatelli. Los socialistas se aseguraron el respaldo parlamentario de Podemos, que tendrá que concretarse por escrito, gracias a una intervención habilidosa de Pilar Alegría, que puso sobre la mesa la necesidad de contar con apoyo en las Cortes para cambiar las cuentas.

ALTOS CARGOS

Eso permitió que el tercer encuentro se saldase con algo sólido. Antes de este punto, el debate se centró en la reducción de los altos cargos y el personal, que Podemos cifra en 162 personas, y que estima deben quedarse en la mitad. Los socialistas se mostraron de acuerdo en que deben recortarse estos puestos, y en que el dinero que se ahorre pueda destinarse a cuestiones sociales, tal como quiere la formación morada. El PSOE matizó, eso sí, que la mengua no debe repercutir en el buen funcionamiento del Ejecutivo y señaló que Aragón es una de las comunidades con menor ratio. Sin embargo, se cerró un compromiso para ajustar el número a la baja y un grado que se determinará en el documento definitivo.

Los negociadores coincidieron en los planteamientos centrados en la necesidad de incluir cláusulas sociales y medioambientales en la contratación pública. Una cuestión técnica, según admitieron ambas formaciones, que deberá ser estudiada detenidamente porque este tipo de cuestiones pueden generar problemas bajo los criterios de los interventores.

Hoy volverán a reunirse los grupos para estudiar los últimos cuatro puntos del decálogo. Quedará la configuración de la Mesa de las Cortes, que se tratará el viernes en una sesión monográfica. "Pero es un asunto que no nos preocupa, discutirlo no nos llevará más de 15 minutos, pero el PSOE está empeñado en hacerlo cuanto antes. Es una cuestión secundaria, técnica, que no afecta a la ciudadanía", dijo ayer Pablo Echenique.