El líder de Podemos, Pablo Iglesias, ha admitido hoy que ha visto "gestos reveladores de que la relación" con el PSOE ha cambiado y que ahora están en condiciones de poder plantear exigencias a los socialistas, al tiempo que ha advertido a IU de que no será "la balsa de salvamento de nadie".

Dos premisas que formula el secretario general de Podemos tras las elecciones municipales y autonómicas del pasado domingo y mientras se van gestando los pactos con otras fuerzas políticas.

Su objetivo es evitar los gobiernos del PP, aunque -según ha garantizado Iglesias en rueda de prensa para evaluar el resultado electoral- tienen muy claro que no van a entrar en gobiernos presididos por los socialistas.

Iglesias cree que la situación con el PSOE ya no es la misma y un ejemplo de ello es que el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ahora le llama, cuando no lo había hecho antes, y que basta escuchar a sus dirigentes, como al candidato a la Junta de Castilla-La Mancha, que dice que las propuestas de Podemos son "asumibles", para comprobar que el tono es distinto.

El secretario general de Podemos sostiene que era hasta "cómico" que hubiera hablado con socialistas como José Luis Rodríguez Zapatero, José Bono o Susana Díaz, y no con Sánchez.

Por eso, enmarca la conversación telefónica que mantuvieron ayer ambos líderes en la normalidad y apunta que las cosas han cambiado.

"Es evidente que sí, ahora Pedro Sánchez me llama y antes no me llamaba", ha dicho, lo que a su juicio es un "avance" que sitúa a Podemos en una posición de poder hacer exigencias y poder lograr cambios.

No obstante, y tras defender su decisión de no entrar en gobiernos del PSOE, recuerda a Sánchez que para apoyar cualquier investidura en comunidades como Castilla-La Mancha, Aragón o Baleares se tendrán que tomar medidas en dos direcciones: tolerancia cero con la corrupción y planes de rescate ciudadano que planteen el fin de los recortes.

La próxima semana Sánchez e Iglesias volverán a mantener un contacto, no se descarta que en esta ocasión sea presencial, en el que seguirán explorando las posibilidades de acuerdos.

Al margen de la estrategia de pactos, que también estudiará el Consejo Ciudadano estatal de Podemos el próximo sábado, el partido sigue su hoja de ruta en el camino hacia los comicios generales, en el que Iglesias quiere atraer a su partido a todos los activistas y sectores que apuesten por la transformación política, "vengan de donde vengan".

Se trata de convertir a Podemos en el "paraguas" bajo el que se cobijen quienes apuestan por el cambio o en palabras de Iglesias, que Podemos sea "la referencia estatal del cambio", aprendiendo así del éxito que han supuesto candidaturas de unidad popular como la de Manuela Carmena en Madrid o Ada Colau en Barcelona.

"No podemos convertirnos en un partido más, tiene que ser la referencia para todos los sectores que apuesten por el cambio, independientemente de que tengan carné o no tengan carné de Podemos", ha dicho.

Y preguntado por las posibilidades de entendimiento o incluso integración con el líder de IU, Alberto Garzón, ha recalcado que apuesta por el cambio y la unidad popular "no tiene nada que ver con balsas de salvamento para nadie" ni pasará por una coalición de partidos.

Según Iglesias, "la fecha de caducidad en política se ha reducido enormemente y hay cosas que envejecen muy rápido", ha asegurado Iglesias, quien también ha avisado de que "cada uno tendrá que asumir las consecuencias de la estrategia política que ha llevado a cabo".

"Yo cuento con gente que puede provenir de sitios muy distintos, pero quien piense que el futuro del país pasa por una coalición de partidos que sirva para salvar a un partido no cuenta con nuestro acuerdo", ha concluido