La resaca poselectoral está despertando a los candidatos con un genio bien diferente, según se hayan cumplido o no sus sueños de campaña.

Las pesadillas de Esperanza Aguirre, por ejemplo, han estado pobladas de revolucionarios y bolcheviques, de hordas armadas que asaltaban los palacios del poder, que desvalijaban despachos y decapitaban cabezas. Y por eso, para salvar la suya, o la cabecera de Madrid, ha propuesto un pacto de salvación nacional con el PSOE y con el que quiera unirse. Como si, una vez despierta, Espe siguiera soñando en un país mágico donde no hay votantes con rastas, anarcos ni raperos, sino gente de orden paseando por la Castellana.

Distinto ha sido el despertar, en forma de subidón poselectoral, de Pablo Echenique en Aragón, donde, con 14 diputados de 67, no renuncia a la presidencia de la comunidad.

El socialista Javier Lambán y sus 17 diputados --18 con él--, van a tener que sudar la camiseta con Podemos. De ahí que, tras un alegre despertar, Lambán ande psicoanalizando otras sombras que poblaron sus sueños.

Los socialistas están muy experimentados en alianzas y pactos de toda índole, pero para la investidura de Lambán, ya digo, van a tener que sudar la camisola de aquí a unos días, para empezar, y durante cuatro largos años seguir sudándola a diario con la expectativa de gobernar en minoría, con varios grupos en la oposición que no siempre apoyarán las propuestas del Ejecutivo. De ahí el temor del PAR, con ese gracejo de José Ángel Biel, a que la locomotora del poder se frene en seco cual "mula manchega".

El PAR se aleja del sueño del poder para despertar en una oposición junto a los desconsolados soñadores del PP.

Esta vez, el despertador de Luisa Fernanda Rudi no ha llamado a maitines ni detenido el reloj de la crisis y los populares se han dormido en los laureles de la presunta recuperación económica.

La victoria insuficiente del PP lo es en todo el país, y no solo en Aragón, por lo que no es fácil hacer una lectura regionalizada de la pérdida de votos en los antaño ricos graneros de la derecha, pero el PP sigue siendo el partido más votado y su recuperación, como la caducidad de Luisa Fernanda Rudi, tiene horizonte próximo.

Y Aragón... ¿será otro sueño?