Javier Lambán se las tuvo tiesas con Luisa Fernanda Rudi en el cara a cara de Aragón Televisión. Ganó contra todo pronóstico. Tomó la iniciativa y puso nerviosa a la jefa. No fue un debate apasionante, pero sí tuvo momentos curiosos. Sobre todo al principio. Luego la cosa se fue empastando y probablemente la audiencia se pasó a la película de La Sexta o a la serie de Telecinco. La jornada, por lo demás, había seguido los derroteros habituales. El tema de la regeneración democrática está ahí, ocupando discursos y propuestas. Es discutible que algunas de ellas tengan calado suficiente como para remontar el mosqueo ciudadano. Pero una en concreto, el código ético del PAR zaragozano, es tan cachonda y delirante que lleva camino de convertirse en lo más viral de esta campaña.

Lambán, quien habitualmente no brilla por sus dotes comunicativas, se había preparado bien el match. Fue directo a la pelea y desconcertó a su confiada oponente. Rudi intentó contratacar y se puso displicente, pero no logró en ningún momento ponerse por encima del rival. Balbuceó en varias ocasiones y se le escaparon comentarios poco afortunados (como cuando dijo que Rajoy "había tenido a bien" venir a Zaragoza durante las inundaciones en la Ribera Alta "a pesar de sus muchas ocupaciones").

Rudi no las tiene todas consigo. Esta vez juega una partida de resultado incierto. Sigue aparentando seguridad y dominio, pero sabe que los augurios son confusos. En su última encuesta por comunidades, Metroscopia ha dado al centro-derecha aragonés 32 diputados en las Cortes, por 35 el centro-izquierda. Claro que los sondeos pueden fallar. Mientras, la presidenta en funciones alega que su partido no ha sido pillado in fraganti en caso alguno de presunta o manifiesta corrupción. Tiene razón, como la podía haber tenido su predecesor, Marcelino Iglesias, si hace solo cinco años, cuando ya se despedía del cargo, hubiese salido a la palestra a presumir de gestión. ¡Ah!, pero es que apenas unos meses después, el caso Plaza estalló con todas sus consecuencias: alguien decidió tirar de la manta, Policía, fiscales y jueces entraron en liza, se sucedieron las imputaciones... Y ahora ese escándalo es un lastre que impide al PSOE aragonés volar alto y ofrecerse como adalid de la lucha contra la corrupción.

CHA e IU sí pueden presumir de limpieza, aunque solo han estado en gobiernos municipales. Podemos y Ciudadanos llegan limpios de polvo y paja y además hacen bandera de la honestidad y la transparencia. Faltan sin embargo propuestas simples pero concretas destinadas a romper el circulo vicioso de la corrupción. Que no pueden reducirse a publicar los ingresos y patrimonio de los cargos públicos, bajar sus sueldos o limitar el número de asesores. Eso será necesario pero no suficiente. La clave radica en poner la actividad institucional directamente bajo los focos: paredes de cristal, páginas web que lo cuenten todo, acceso abierto a expedientes, contratos, convenios, subvenciones... Acceso fácil, por supuesto. Porque actualmente, siendo cierto que la actual administración autonoma está dando más datos que nunca (Rudi y su consejero Roberto Bermúdez de Castro pueden vanagloriarse de ello), dichos datos no están sistematizados ni bien explicados ni son fáciles de ubicar ratón en mano.

¡Ah!, no se pierdan el código ético que se ha impuesto el PAR en Zaragoza. Sus quince puntos pueden leerse uno por uno en la web de la formación. Son geniales. El buen regionalista, según este prontuario, es seguidor del Real Zaragoza, el CAI Baloncesto y el Transportes Alcaine, protege a los animales y sufre cuando se tala un árbol, conoce la historia de Aragón, ve Aragón TV y ZTV... ¡y se emociona con la jota! No se sabe en qué medida todo esto revela un talante ético o tiene algo que ver con la regeneración democrática. Pero da mucha risa.

Atentos, que hoy viene José María Aznar a echar una mano a su amiga Luisa Fernanda (19,30 horas, en la Multiusos de Zaragoza). Yo, desde luego, estaré allí como un clavo.