--¿Cuál es la primera medida que impulsaría si fuera la presidenta de Aragón mañana?

--Son dos: empezar a trabajar de forma contundente en propuestas y mecanismos de empleo garantizado y salarios dignos, y por otro lado, todo lo que hace referencia a hacer frente a una situación de emergencia social. Intentar mejorar la calidad de vida de quienes están sufriendo la crisis de una manera brutal. Hay gente desesperada que no tiene empleo ni posibilidades de encontrarlo que debe ser prioridad para cualquier gobierno con sensibilidad y capacidad de empatía.

--¿Se fija IU un objetivo de empleos que serían capaces de generar en 4 años?

--Nuestro plan contempla que unas 20.000 personas cada año puedan trabajar como mínimo 6 meses y con salarios dignos que repercuten directamente en un beneficio social. Estamos hablando de limpieza de montes y prevención, y de empleos vinculados a dependencia o con finalidad social. Serían unas 80.000 desempleados los que encontrarían una ocupación, preferentemente los que son de larga duración. Y habría que dedicar unos 35 millones de euros anuales a través de la contratación pública, también de los ayuntamientos, y de empresas con fines sociales. Con un presupuesto de 5.473 millones, esto es absolutamente asumible.

--¿Cómo se afronta el gasto público que quiere implementar en servicios esenciales con la deuda y el déficit actuales?

--Hay que gastar solo en cosas prioritarias y que redunde en el beneficio de las personas. Por eso hay que hacer una auditoría de la deuda ciudadana. Para saber cómo se ha gastado, quién y para qué, y hacerlo mejor. Por otro lado, tener más recursos, porque eso garantiza mejores servicios y para ello hace falta una política fiscal progresiva y redistributiva en los impuestos directos. La derecha sube los indirectos, pero los que permiten aplicar una justicia social para que pague más el que más tiene no los tocan o los bajan.

--¿Dónde plantea aplicar esa progresividad fiscal?

--En el tramo del IRPF de rentas superiores a 50.000 euros hay que gravarlos más. O aplicar un impuesto de depósitos bancarios, otro para grandes superficies, sobre tendidos aéreos, o impuestos verdes.

--¿Qué propone hacer con las empresas públicas?

--Lo que hace falta es tener más transparencia. IU lleva pidiendo sus cuentas desde hace mucho tiempo. Los ciudadanos tienen derecho a saberlas. Y luego valorar qué empresas tienen o no rentabilidad. Estos gobiernos tienen la manía de vender las que generan beneficios y quedarse las que no lo hacen.

--Parece que no hay dinero para casi nada. ¿Cree qué hay gasto superfluo que eliminar?

--En el capítulo de subvenciones y ayudas se podría atinar mejor. Lo importante es, priorizar en la mayor rentabilidad social. Porque el debate no es que la DGA lo sea económicamente, sino socialmente. Si no, nos convertiríamos en una empresa. El objetivo es garantizar derechos, prestaciones y servicios a los ciudadanos. Y por eso estamos a favor del endeudamiento, para eso, pero no como excusa para deteriorar los servicios esenciales y dedicarlo a pagar los intereses de esa deuda como hace Rudi. Hay que revertir esa situación porque sus decisiones tienen consecuencias muy duras en un amplio sector de la mayoría que vive en Aragón.

--En materia educativa y de universidad, ¿cuánto necesita Aragón para ponerse al día?

--Dedicar el 2% del PIB a la universidad es adecuado para garantizar una financiación suficiente para que sea uno de los motores en Aragón, en investigación, innovación y desarrollo. Una universidad infradotada es no entender de inversión. Nadie puede quedarse fuera de ella por una cuestión económica. Y ahora va dirigida hacia una visión elitista. Incremento de tasas, el 3+2 y potenciando el trato de favor a la privada y la descentralización de los campus de Huesca y Teruel, que es una estrategia política que no permite vertebrar territorio ni asentar la población.

--¿La universidad y los conciertos podrían ser una condición a la hora de formar parte de un Gobierno en la DGA?

--Nuestra apuesta es potenciar la educación pública e ir eliminando la concertada. Pero la pública es la única que garantiza la cohesión social y la igualdad de oportunidades con independencia de la situación económica y donde se viva.

--En materia sanitaria, ¿cuál es la medida prioritaria para IU?

--Hemos tenido cuatro años nefastos y lo primero es revertir todos los recortes que ha habido, económicos y de profesionales. Porque con menos se hace menos y peor. Y apostamos por un refuerzo de la atención primaria. Es la puerta de entrada al sistema de salud, se trabaja en la prevención y consigues que no se desvíe al especialista, con el coste que tienen. Acabar con el copago, que está castigando a las personas más vulnerables, y mejorar la gestión pública.

--¿Y con los dos hospitales, de Teruel y Alcañiz, qué va a ocurrir?

--Se necesitan hacerlos pero con financiación pública. Es una temeridad que Rudi siga apostando por la privatización cuando tiene enfrente a muchas opciones políticas y a la población que se va a ver afectada. No puede hipotecar los presupuestos de los próximos 20 años para que alguien haga negocio.

--¿Para combatir la exclusión social qué medidas plantea?

--Necesitamos unos servicios sociales públicos potentes que puedan garantizar y dar abasto a la realidad que tenemos de emergencia social. Ahora están desbordados. Hay que dotarles de recursos para dar respuesta inmediata a situaciones extremas. No puede ser que el Ingreso Aragonés de Inserción se retrase seis u ocho meses. La ley dice que tendría ser en 15 días o 30 y se puede hacer, pero con medios, no con los mismos recursos cuando se han cuadruplicado las necesidades.

--¿En agricultura y medio rural, qué soluciones plantea?

--Las políticas de vertebración territorial deben ir encaminadas al desarrollo rural con medidas socioeconómicas y sociales. Hay que darles capacidad de generar empleo para asentar población, con ayudas para establecer microempresas y cooperativas, y aprovechar los recursos endógenos, la agroindustria, cambiar la PAC y primar al agricultor activo e incorporar a la gente jove. Aprovechar los trabajos en energía limpia y renovables. No se puede gravarles como ahora, con el potencial que hay se puede conseguir una soberanía energética y crear puestos de trabajo. Y también hay que apostar por una movilidad sostenible y no cerrar servicios como el Gobierno actual. En cuatro años solo han pagado rescisiones de contrato del Plan Red y cerrado líneas de bus o poner horarios imposibles del tren.

--En infraestructuras hidráulicas, ¿qué considera prioritario?

--Lo primero que hay que garantizar son los planes de restitución de obra, que no hay forma, y un uso social del agua, que es fundamental. Estamos defendiendo la necesidad de la unidad de cuenca y un uso racional. A partir de ahí, ya hemos dicho no a Biscarrués, a Mularroya y estamos hablando de abordar obras hidráulicas que garanticen el uso racional y social del agua.

--¿Y con respecto a Yesa?

--Siempre hemos defendido que hay que primar la seguridad. Pero también hay que abordar planes de prevención de inundaciones en los pueblos ribereños del Ebro. Mientras, seguimos luchando con cantos de sirena como los trasvases.

--Leyendo los programas electorales de IU y Podemos, se parecen bastante. ¿Considera que es un error no ir juntos en este viaje electoral?

--Nuestro programa es el resultado de un trabajo que llevamos desarrollando desde hace diez años, es el de Podemos el que se parece al de IU. Y me alegro de que así sea. Dicho esto, a nivel autonómico hemos echado el resto para ir en procesos de convergencia y pusimos encima de la mesa que los nombres no iban a ser un problema para converger. Habrá que preguntarles a quienes no quisieron. Siempre digo que estamos en un momento de sumar y no de exclusividades. En Aragón, ninguna fuerza política sola va a poder transformar, el cambio de políticas que necesita. Sola, ninguna. Tampoco IU, pero sin nosotros es imposible. Es imprescindible. Y seguiremos trabajando en esa convergencia a posteriori, va en nuestro ADN.

--¿Entiende hoy por qué no pudo ser con Podemos?

--Yo todavía no. Habrá que preguntárselo a esas fuerzas. Pienso que era una oportunidad histórica para un momento de cambio en el que la convergencia era más posible que nunca y más necesaria. A nivel municipal se ha conseguido y hay una alternativa real frente a la alternacia, pero en el autonómico, no. Pero yo sé cuál es el enemigo, que son las políticas de derechas que hemos sufrido en estos cuatro años y el objetivo, combatirlas. Y para eso tenemos que estar donde se toman las decisiones.

--¿Le preocupa el efecto que puede tener en su resultado el hecho de confluir con Podemos solo en las municipales?

--Vamos juntos en las municipales y ambos vamos solos en las autonómicas. Sería el mismo efecto que podrían tener ellos.

--La diferencia es quien más expone, quien más tiene que perder, es IU que viene de tener representación en las Cortes, ¿no?

--La ciudadanía tiene claro los procesos que se están dando en la ciudad y que en las autonómicas cada uno va con sus siglas y, no es que tenga que perder, es que tiene mucho que ganar. Y no salimos a ganar o a perder, sino a transformar la sociedad y con las herramientas que creemos mejores para hacerlo. ¿Nos habría gustado sumar con más? Sí, pero seguiremos trabajando en ello. Pero IU ha hecho estos cuatro años un trabajo muy serio, contundente, vehemente, colectivo, con rigor y desde la izquierda. Se conoce perfectamente quienes somos.

--¿Es imposible que se dé en Aragón una coalición con el PP como en Extremadura?

--Si depende de IU, Luisa Fernanda Rudi no será presidenta de Aragón nunca.

--¿Las variables de pactos son imprevisibles?

--Desde luego, porque no te sientas a hablar igual con 3 diputados que con 13.

--¿IU es igual de contundente con Ciudadanos?

--De Ciudadanos en Aragón es que no conozco nada hasta la fecha, ni su programa. No puedo ni opinar. Pero lo que sabemos de Albert Rivera está en las antípodas de lo que es IU. Aquí solo conocemos que está a favor del trasvase.

--¿Y cuál cree que es la clave de su éxito?

--Debe ser que se han decidido a postular a Albert Rivera como la nueva esperanza blanca para salvar a este país. Pero no es alguien nuevo, lo sorprendente es que lo descubran ahora. No sé si antes era mal diputado y ahora es brillante o tiene que ver con la necesidad de canalizar el voto indignado de la derecha. Estamos en un momento en que es fácil crear líderes y destruirlos, y me preocupa esa política de la inmediatez y de caras, de excesivo márketing ideológico y de poco poso de alternativa, en un momento tan duro de crisis en el que la propuesta y alternativa debe ser fundamental. La gente no va a votar una cara, sino sus propuestas y compromisos, y las consecuencias que tendrán.

--¿Debería gobernar la lista más votada?

--No, deben gobernar quienes representen a un mayor número de personas y que estas se vean reflejadas en ellos.

--¿Y sumaría esfuerzos con el PSOE aragonés actual?

--IU no suma fuerzas con siglas, sino con programas que sean transformadores reales.