Cuando Maru Díaz, secretaria general de Podemos-Zaragoza, empezó su discurso leyendo ése párrafo de los Episodios Nacionales de Galdós que acaba con el "¡Zaragoza no se rinde!", los que hemos trotado por los grandes mítines en esta campaña tuvimos un sobresalto. Porque el mismo desafío había sido utilizado como muletilla retórica por los candidatos del PP (Rudi y Suárez) muy pocos días antes. "¡Zaragoza resiste!", había exclamado también Carlos Pérez Anadón, cuando teloneaba a su jefe, Pedro Sánchez. Debe ser que la Sala Multiusos favorece las evocaciones patrióticas. O que la gesta de 1808-9 es un clásico insoslayable. Incluso Pablo Iglesias arrancó su intervención de ayer recordándola. A la postre, su partido articula un discurso patriótico en clave democrática y social. Es la hora, dice el argumentario podemista, de aprovechar la coyuntura ("que tal vez no se repita") para poner las instituciones al servicio de la gente común.

Al acabar la campaña, Podemos encabeza a buena distancia el ránking de asistencia a un mitin central en la capital aragonesa. Por encima de los 1.200 que acudieron al reclamo de Aznar-PP, de los 1.300 que congregó Alberto Garzón-IU , de los 1.400 reunidos por Alberto Rivera-C's, de los más de 1.500 que quisieron ver y escuchar a Pedro Sánchez-PSOE y de los 2.500 o más que rodearon a Rajoy-PP, la plana mayor de la formación morada (con los candidatos aragoneses y el cabeza de lista de Zaragoza en Común) consiguió reventar la Sala Multiusos, con 4.500 personas apelotonadas en el interior y otros cientos en el exterior. A las siete de la tarde, cuando el acto aún no había empezado (Santiago Auserón entretuvo antes a la concurrencia) el recinto ya estaba lleno y el servicio de orden tuvo que cerrar el acceso al mismo. Y no solo se batió el récord de convocatoria. Además, el enorme local funcionó como una olla a presión, sobre todo cuando Errejón y el propio Iglesias encendieron el entusiasmo y la pasión de los asistentes. Había gente de todas las edades, madres con bebés, señores mayores, izquierdistas notorios, personas desconocidas en este tipo de celebraciones. Junto a la entrada, en un tenderete, se reclutaban apoderados para el 24-M.

Algunos de los primeros oradores, noveles en la materia, se remitieron a los consabidos lugares comunes, con discursos homologables a los pronunciados por candidatos de otros partidos. Errejón e Iglesias marcaron una notable diferencia. Ambos (y sobre todo el primero) tienen muy claro qué han de decir y cómo. Juegan con la entonación y el volumen. Saben alargar el párrafo sobre los aplausos y los gritos de "¡Sí se puede!". Utilizan argumentos contundentes. Su propuesta es un cambio político ("un giro de 180 grados") que modifique la dinámica social en España devolviendo el poder "a la gente". "Tocamos la victoria con la yema de los dedos". "Estamos muy cerca"... Las exhortaciones se sucedían.

No, los números uno y dos de Podemos no son inexpertos recién llegados a este juego. El problema radica en que su organización baja mucho de nivel conforme se va descendiendo por la pirámide orgánica. Echenique, por ejemplo, tiene un carisma especial, y al aguantar el ritmo de esta campaña se ha ganado la admiración de muchos; pero expone ideas más simplonas y de una forma mucho menos coherente que las dos estrellas del partido (a las que por cierto desafió en su momento pero con las cuales parece mantener ahora una buena sintonía).

En Podemos sostienen la teoría de que los numerosos indecisos son personas que no quieren volver a votar al PP y al PSOE ("lo malo y lo menos malo"), pero no saben muy bien qué hacer. Esta tesis se complementa con la convicción de que se ha abierto una "ventana de oportunidad", quizás irrepetible. De alguna forma, lo que tienen en la cabeza los dirigentes de la formación es el vuelco del 82 (sí, el que protagonizó Felipe González al frente del PSOE). ¿Es un enfoque acertado? ¿No será más cierto que hay menos indecisos de los que han contabilizado los sondeos, y en realidad millones de electores sí saben qué harán con sus papeletas aunque no se atreven o no quieren decirlo? ¿Y si ese voto vuelve a los partidos clásicos o deriva hacia Ciudadanos, en un reflejo condicionado por el temor al cambio? ¿Y si hay gente que se aferra a los corruptos conocidos, al considerar (por si acaso) que son preferibles a los honrados por conocer?

Preguntas que nos sitúan ante otra incógnita: ¿Sabrán los candidatos, cuadros y militantes de Podemos soportar no una derrota estrepitosa (que parece improbable) sino unos resultados por debajo de sus enormes expectativas? ¿Les pasará como en Andalucía, donde vivieron como un fracaso lo que en realidad era un éxito razonable?

Pero todo esto se verá en apenas cuarenta y ocho horas. Mientras tanto, la campaña va tocando a su fin. Gran alivio para los candidatos, sus asistentes y los periodistas que han seguido el extenuante maratón de entrevistas, ruedas de prensa, presentaciones, mítines y debates. La actividad ha sido particularmente intensa porque nunca como ahora han sido tantas las fuerzas políticas embarcadas en la contienda. Al menos ocho de ellas (PP,PSOE, Podemos, Ciudadanos, PAR, CHA, IU y UPD) esperan entrar, en mayor o menor proporción, a las principales instituciones.

Entre los últimos coletazos, y justo cuando en Madrid Esperanza Aguirre truena porque se ha filtrado su última y golosa declaración de la renta, una sencilla comprobación en la web del PP aragonés ha permitido comprobar que los altos dirigentes no actualizan la información sobre sus ingresos desde hace cuatro años. Buena muestra de que una cosa es hablar de transparencia y otra tomarse tal virtud en serio. Hemos de suponer, no obstante, que la suma del sueldo de la presidenta del Gobierno de Aragón más el complemento que le pasaba (¿le pasa?) el partido, ni se aproximará a los trescientos y pico mil euros anuales que se levantó la madrileña Cólera de Dios trabajando de cazatalentos (¡para talento el suyo!). Por lo visto el chivatazo fiscal ha sido denunciado por la aludida pues vulnera la legalidad vigente. ¡Ah!... Y cuando desde la mismísima Hacienda se han difundido datos de diversos competidores políticos, ¿era legal o ilegal?