Manuela Carmena no quería ser candidata de Ahora Madrid ni de nada. Y las izquierdas capitalinas estaban acojonaditas porque no encontraban otro personaje que le diera cuerpo a su lista común. Pero entonces la exjueza escuchó unas declaraciones de Esperanza Aguirre. Sufrió tal choque, que en ese mismo instante decidió cambiar de parecer y entrar en la contienda electoral. Lo demás es cosa sabida. Pero la lideresa pepera aún no ha dejado de hacer esas cosas entre surrealistas y estúpidas que por lo visto son su marca personal. Ayer propuso gobernar Madrid mediante un pacto general que incluyese a la propia Carmena. Este regate en corto (que dejó sentado a su estupefacto partido) y las nebulosas declaraciones hechas en los pasillos del Congreso por un Mariano Rajoy semicomatoso, simbolizan la crisis del PP. Ya no chirría ni cruje, ahora se está desencuadernando. Es lo que suele pasar cuando la derrota llega sin avisar. Por el contrario, el PSOE sigue ahí, sin saber si el sol sale o se pone, aunque cada vez más decidido a entenderse con los de la nueva política. En Aragón, Lambán y Echenique hablarán la semana que viene. Normal.

Se dice en los mentideros que Rajoy quiere recuperar al gallego Nuñez Feijoo y a la manchega Cospedal (dos derrotados) haciéndoles ministros. Pero el presidente, aparte de poner cara de circunstancias y soltar perogrulladas, no se muestra demasiado explícito. Parece que ha rectificado su inmovilismo del lunes, o no, o vayan ustedes a saber. Tal vez incluso empieza a vislumbrar que la murga de la recuperación no cuaja en esta España donde la desigualdad, el empobrecimiento y el deterioro de la democracia tienen en estado de alerta a una ciudadanía harta de que la tomen por estúpida.

Aguirre... Bueno, esta señora ha sido siempre una friki frívola y malévola, mucho más fascistoide que liberal. Su última perla ha sido reclamar de su rival, Carmena, que renuncie a organizar soviets en los barrios de Madrid. ¿Qué soviets?, le preguntaron. Y entonces confesó que no había leído el programa de Ahora Madrid, que se lo habían contado. Inaudito.

El PSOE está dándose tiempo para decidir si en el 24-M le fue mal, regular, bien o un poco de todo. Por supuesto, Pedro Sánchez parece tener claro que si acuerda cualquier cosa con el PP está acabado y su partido descenderá definitivamente a la tumba. Claro que irse a la cama con Podemos y los otros también tiene mucho peligro. En todo caso ha empezado a tirarle los tejos a la nueva izquierda, la cual, a su vez, le va mirando con buenos ojos. El acuerdo entre socialistas, podemistas y otros de similar cuerda es inevitable, y la única salida que les queda a todos ellos. Declaraciones como las que hacía hace sólo unos meses Echenique, cuando aseguraba en las entrevistas que con los socialistas no se podía ir a ninguna parte, han perdido sentido... si es que lo tuvieron alguna vez. Ahora va a sentarse a charlar con Lambán (quien también se pasó la campaña poniendo a caldo a los nuevos partidos). Como suele decirse, es lo que hay.

Zaragoza en Común está designando a sus representantes. Justo antes de la reunión a tal efecto, el inspector de Hacienda Raúl Burillo (que no ha salido concejal pero cuya función técnica nadie discute) hacía declaraciones envueltas en almíbar democrático, juiciosísimas. La victoria (aunque sea relativa) da mucha serenidad e induce a la responsabilidad. Todo lo contrario de lo que les pasa los nueve ediles conservadores recién elegidos. Si se les aplica la norma que hace no mucho impuso el Gobierno de España (¡el de su partido!), no van a cobrar un céntimo. A ver cómo se las arreglan. Porque el PP (donde cada retroceso electoral es una sangría económica por distintos motivos) ya no está para pagar complementos. Pueden consolarse: también la ínclita Cospedal se empeñó en reducir el número de diputados de la Asamblea manchega, de manera que ella quedase en posición de ventaja. Le ha salido el tiro por la culata.

Este fin de semana, en el Teatro de las Esquinas de Zaragoza se representa un drama-documento (por clasificar la obra de algún modo) que bucea en la reciente historia de España. Les recomiendo que vayan a verla. Al fin y al cabo la política está de moda. Y la bici no se para.