Al presidente de la patronal CEOE, Juan Rosell, no le han gustado los resultados de las elecciones municipales y autonómicas. O al menos eso es lo que cabe interpretar del desacomplejado llamamiento que hizo ayer a los nuevos gobernantes de ayuntamientos y comunidades para que a la hora de gestionar se "olviden" de los programas electorales con los que han logrado el voto de los ciudadanos y tomen decisiones impopulares si es necesario. Fue una petición general, pero que sonó a aviso hacia las futuras alcaldesas de Barcelona y Madrid, Ada Colau y Manuela Carmena.

"Una cosa son las campañas electorales y los eslóganes, pero cuando llegas a la mesa del despacho y ves los ingresos y los gastos, hay que gestionar y asumir responsabilidades, y todo tiene un coste", aseguró Rosell en un desayuno informativo organizado por la Confederación Española de Directivos y Ejecutivos. El líder de la patronal advirtió a los nuevos partidos de que "no se tiene dinero infinito", por lo que muchas veces se deben tomar "opciones que no gustan para llegar a final de mes o de año".

Fue entonces cuando Rosell apostilló: "Olvidémonos de los programas y veamos la realidad". El jefe de la CEOE reclamó "estabilidad" y afirmó que su organización seguirá reuniéndose con todos los gobiernos, incluso con los "heptapartitos", en referencia a los posibles pactos múltiples. A pesar de sus continuos llamamientos a la "estabilidad", Rosell trató de exhibir neutralidad ante los resultados del 24-M: "La CEOE no se presentaba como candidata, así que ni hemos ganado ni hemos perdido".

A quien no quiso marcarle el paso fue al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Preguntado por si debería afrontar una renovación interna en el PP antes de las elecciones generales, Rosell respondió que debe ser él quien "acierte o se equivoque".