A las 23.58 cuando Luisa Fernanda Rudi y Eloy Suárez entraron en la sala del hotel Petronila donde los esperaban militantes y simpatizantes no sonó la música. Solo un cerrado aplauso a capón. Las caras de desolación lo decían todo. La candidata a la Presidencia asumió que hay 34 escaños "en la izquierda" y que el "resultado no permite un proyecto de centro moderado", que era su objetivo.

Los populares sufren un severo varapalo en la comunidad autónoma, con 180.482 votos y un 27,49% de los sufragios. Logran 21 diputados en las Cortes. Hasta ahora tenían 30; en el 2011 lograron 269.729 apoyos, un 39,69% del total. Los cuatro años de Gobierno han terminado por pasar factura a Rudi, que ha perdido 12 puntos. Los conservadores no se han recuperado desde las elecciones europeas, que ya presagiaron la caída del PP en Aragón.

Rudi admitió ayer que el resultado con el que estén satisfechos. Los 21 diputados les dejan lejos de cualquier posibilidad de pacto, y la candidata del PP solo podría plantearse la alternativa de gobernar en minoría, algo que ayer no descartó. "No me faltan fuerzas", dijo ante una sala que la escuchaba en silencio y desolada. "Hablaremos con todos", anticipó.

La caída de los populares les obliga a la autocrítica. Así lo admitían ayer fuentes del partido que calificaban el resultado de "malo sin paliativos". Durante la campaña electoral, muy centrada en Zaragoza, que era donde el PP sabía que tenía más problemas, los conservadores no han logrado remontar y al final ayer se terminaron por confirmar los peores resultados. El PP estuvo desde que se inició el escrutinio rondando los 22 diputados. En ningún momento alcanzó los 23 y finalmente terminó cediendo y cayó a los 21 en favor del PAR.

Así que por mucho que Rudi ayer tratase de animar a su tropa mostrando su orgullo por el trabajo desarrollado con un voz afónica y casi quebrada, sus palabras dejaron claro que arroja la toalla y parece que su camino apunta ya hacia Madrid. Difícilmente la lideresa del PP continuará en el Parlamento autonómico, al frente de la oposición. Ayer no quiso aclararlo: "No es el momento de plantear la continuidad. Analizaremos los resultados y pensaremos en el futuro". Tras cuatro años en el Pignatelli, los populares están abocados a otra travesía por el desierto.

Rudi volvió a insistir en que su partido se va con las manos limpias y que el recorrido no termina aquí. "Volveremos a recuperar la confianza", subrayó. Hoy parece que no la tiene. Los populares se quedan con el sabor amargo de no haber cumplido con las expectativas que ellos mismos se habían marcado.