Hace un mes, el PSOE ni imaginaba un escenario como el actual: una pérdida de votos que sin embargo le permite ser decisivo y recuperar la mayoría de instituciones autonómicas y locales. Eso les permite situarse en una posición más ventajosa de la esperada de cara a las elecciones generales que debe convocar Mariano Rajoy para final de año. Ante esta última oportunidad, el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, sabe que su partido no se puede equivocar en la orientación de sus políticas, y menos cuando la ciudadanía con sus votos le ha dado aire, pero también ha otorgado a Podemos la suficiente fuerza como para pisar los talones al partido que tradicionalmente ha copado la hegemonía del centroizquierda. Asimismo, Sánchez necesita ganarse los suficientes apoyos como para optar a la candidatura a la Presidencia del Gobierno, en unas primarias que los socialistas van a abrir de forma inminente.

En ese contexto, Sánchez se está reuniemdo con sus distintos líderes autonómicos, entre ellos Javier Lambán. La consigna, muy clara: absoluta regeneración democrática, favorecer gobiernos de izquierdas liderando los procesos donde se sea la fuerza más votada dentro de ese espectro político y apoyando sin entrar en gobiernos en aquellos donde sea otra la que tenga más respaldo popular, como es el caso de Zaragoza en Común en la capital aragonesa.

A su vez, pretende iniciar un cambio interno que le permita recuperar parte de la confianza ciudadana perdida. Por ello, quiere savia nueva, que los futuros Ejecutivos que se formen estén compuestos de dirigentes absolutamente transparentes y con personas alejadas de cualquier atisbo de corrupción.

Bajo esas nuevas formas y métodos que quiere aplicar Sánchez, Lambán deberá componer sus equipos de confianza, algo de lo que este es también consciente. Y con los que debe emprender las primeras iniciativas de índole social que permitan al PSOE llegar en una situación favorable a unas generales en las que también parece previsible un vuelco electoral. Pero esto será en una segunda fase, ya que antes deben establecerse acuerdos programáticos con Podemos que favorezcan esa mayoría y permitan al PSOE aplicar desde el Gobierno políticas regeneradoras, sociales y de izquierda.