Contiene sus ganas de llorar
porque piensa que el mundo terminará si
lo hace,
luego comprende toda la tristeza
que cabe en una lágrima,
y se hace pirata
y navega por los mares
y surca las olas que mojan sus mejillas.
Tira por la borda sus miedos
y sus penas,
y ancla el barco
cuando siente que no puede más.
Y arría la bandera
de calavera
cuando avista nubes negras
en la proa.
Esa pata de palo no la detiene
para luchar contra viento y marea.
Y condena a galeras
a la tripulación
que la ha puteado
-que se jodan pensamos-
que se lo hubieran pensado.