Los alumnos del Colegio Alemán acudimos a ver la obra de teatro «Dos en conserva» en el Teatro de la Estación.Según mi criterio, la función se podría dividir en múltiples partes. Cada una de ellas nos hace reflexionar sobre ideas distintas. Por ejemplo, en la primera parte se observa a dos personajes discutiendo. Uno quería trazar una trayectoria en forma de ocho, pero el otro se interponía y le sugería que trazara una trayectoria en forma de siete. Al final, el segundo le sugería que una forma un tanto violenta de trazar su siete sin levantar el vehículo.

Dado que las obras del teatro del absurdo tienen como objetivo principal mostrar las causas de la Segunda Guerra Mundial, se puede entender que el primer protagonista molestaba al segundo y éste proponía una forma violenta para deshacerse de él, igual que pasó con el Holocausto.

Más tarde mantienen una conversación sobre cosas banales, como lo que han comido durante el día. Todo esto sucede en la lata de conserva que para ellos ejerce de casa. A mi juicio esto sería un claro reflejo de lo banales e incluso estúpidas que pueden llegar a ser nuestras conversaciones del día a día, como si viviésemos en un lata de conserva aislados del mundo.

La obra puede incluso alcanzar un tono existencial en la metáfora del teatro. Ambos saben que viven en un teatro y ven a los espectadores como seres que «van y vienen». Un protagonista es aventurero y quiere conocer el mundo exterior, mientras que el otro prefiere quedarse en la comodidad de su lata de conserva. Hay dos formas de interpretar esto. Por una parte, ambos representan la forma de vivir del ser humano: algunos son aventureros mientras que otros prefieren quedarse en su zona de confort.

También la otra forma desde un punto de vista político, debido a que ninguno de los dos se entendían y no llegaron a un entendimiento real, igual que las principales potencias tras la Segunda Guerra Mundial. La reflexión final nos deja como resultado que, en realidad, todos estuvimos en un teatro y vamos y venimos.