Uno de los efectos de la digitalización del mundo audiovisual es el incremento de contenidos disponibles en Internet, que pueden verse de forma inmediata y sin ninguna restricción a través de distintas plataformas, repositorios digitales o redes de intercambio de archivos. La irrupción de las tecnologías digitales ha provocado cambios en los hábitos de los espectadores y la aparición de nuevas formas de consumo, sobre todo en lo que respecta a las series, un formato que cada vez engancha más dada la calidad de las producciones.

Una de estas formas de consumo que ya empieza a preocupar es la que los angloparlantes denominan binge watching, traducido al español como «atracones de series». El binge watching hace referencia a ver las series de televisión de forma continua, es decir, un capítulo tras otro. Es una manera que se aleja completamente de la forma en que se han consumido las series de forma tradicional. Hace unos años, había que esperar toda una semana para ver un capítulo de la serie de éxito con la que las cadenas congregaban a los espectadores frente a la pequeña pantalla. Estos tenían que correr para llegar a casa a esa hora concreta en la que el programa se emitía. Ahora, sin embargo, es el consumidor quien toma todas las decisiones. Si cuando se termina un capítulo, tiene ganas de más, solo tiene que darle al «play».

El binge watching está considerado actualmente como un comportamiento anómalo que modifica la conducta de los consumidores, lo que repercute no solo en los medios de comunicación tradicionales sino en los hábitos cotidianos de los propios espectadores, como los de higiene, sueño, etc. Puede convertirse en un problema cuando estos dejan de realizar otras tareas y actividades de su vida cotidiana para visionar ininterrumpidamente sus contenidos favoritos.