Para trabajar en hostelería y turismo ya no sólo sirve ser bueno y tener experiencia, sino que hoy en día prima la calidad de los trabajadores y su cualificación profesional. Esto sólo es posible gracias a propuestas formativas que integren conocimientos y destrezas para llegar a la obtención de un título oficial reconocido y valorado por los empresarios del sector. Desde el IES Zaurín apostamos firmemente por esta formación con la Formación Profesional Básica en Cocina y Restauración y el Ciclo de Grado Medio en Cocina y Gastronomía.

La FPB en Cocina y Restauración alberga a aquellos alumnos que no poseen la ESO y tienen aquí su primer contacto con las operaciones básicas y sencillas de preparación y conservación de alimentos, la presentación y servicio de alimentos y bebidas (tanto frías como calientes) y cocktelería en establecimientos de restauración y catering. Luego aprenden las primeras operaciones de un camarero y un cocinero, además de otras materias relacionadas con Lengua, Matemáticas, Naturaleza, etc.

En el Ciclo Formativo de Grado Medio en Cocina y Gastronomía, el alumnado, durante dos cursos académicos, adquiere las competencias necesarias para trabajar en este sector. Se trata de realizar actividades de preelaboración, preparación y cocinado, conservación, presentación y servicio de todo tipo de elaboraciones culinarias, siguiendo los protocolos de calidad establecidos y actuando según normas de higiene, prevención de riesgos laborales y protección ambiental.

Finalizado el segundo curso, se accede la Formación en Centros de Trabajo (prácticas reales) en hoteles, restaurantes, balnearios y otros establecimientos, donde seguramente si eres excelente y tienes ganas e ilusión, podrás quedarte a trabajar, ya que los empresarios de establecimientos de hostelería son muy «cazatalentos» y reconocen a distancia el empleado válido.

Trabajar en el sector de la hostelería te ofrece la oportunidad de conocer gente de todos sitios y condiciones, lo cual es muy enriquecedor tanto en el plano personal como en el profesional y no es fácil que se dé en otros oficios, porque la cocina está viva y evoluciona cada día para sorprender al comensal con nuevos hallazgos, aromas, sabores e incluso nuevos ingredientes.

No es un trabajo para gente pasiva y, de hecho, los servicios a clientes como prácticas reales que realizamos en nuestro IES los jueves, precisan de adrenalina a tope. Quizá aquí esté la respuesta de por qué los cocineros aman su profesión siendo lo dura que es. Engancha y se echa de menos, pero esto es precisamente lo que hace crecer, evolucionar y encontrar un empleo en el extranjero (de ahí que también estudiemos algo de inglés). ¿Sabías que hay una fórmula matemática que dice: «Ser español + ser cocinero = trabajo seguro en el extranjero».